FUNDIDO A:
ESCUCHAMOS, SOBRE EL NEGRO Y EL TITULO:
LOCUTOR DEPORTIVO NÚM. 1 (voz): Bien, Dan, tuvo que haber sido la pelea más sangrienta y la victoria más brutal y conseguida con mayor facilidad que se haya visto en esta ciudad.
Se escucha el sonido del caos en el fondo.
LA ESCENA SE FUNDE A:
35. EXTERIOR. CALLEJÓN (lloviendo) – DE NOCHE
Un taxi está aparcado en un callejón oscuro, cerca del auditorio de boxeo. Llueve con fuerza. La cámara se acerca lentamente hacia el coche aparcado. Desde su interior surge el sonido de la radio del coche.
LOCUTOR DEPORTIVO NÚM. 1 (voz): Coolidge salió de allí más rápidamente de lo que jamás haya visto a un boxeador victorioso abandonar el ring. ¿Crees que sabía que Willis estaba muerto?
LOCUTOR DEPORTIVO NÚM. 2 (voz): Yo diría que sí, Richard. Desde la posición que ocupo pude ver la mirada frenética de sus ojos, una mirada que dio paso a la expresión de quien se acaba de dar cuenta de lo que ha hecho. Creo que cualquier hombre habría abandonado el ring con la misma rapidez que lo hizo él.
LA ESCENA SE FUNDE A:
36. INTERIOR DEL TAXI (aparcado/lloviendo) – DE NOCHE
En el interior del taxi, tras el volante, está sentada una taxista llamada ESMARELDA[14] VILLALOBOS. Es una mujer joven, con aspecto hispano, que toma una taza de café humeante de un termo.
Los locutores de radio continúan informando.
LOCUTOR DEPORTIVO NÚM. 1 (voz): ¿Crees que esta trágica muerte en el ring puede tener algún efecto sobre el mundo del boxeo?
LOCUTOR DEPORTIVO NÚM. 2 (voz): Oh, Dan, una tragedia como ésta no puede sino conmocionar el mundo del boxeo hasta sus cimientos. Pero es de la máxima importancia que durante las próximas y tristes semanas que nos aguardan, las miradas de la Federación Mundial de Boxeo se fijen firmemente en el… CLIC.
Esmarelda apaga la radio. Toma un sorbo de café. Entonces, escucha un ruido por detrás de ella, en el callejón. Asoma la cabeza por la ventanilla del coche para mirar…
37.
Una ventana se abre a unos tres pisos de altura, en la parte del auditorio que da al callejón. Alguien arroja una bolsa de deportes sobre el contenedor de basura situado por debajo de la ventana. Luego, Butch Coolidge salta sobre el contenedor. Todavía va vestido con los calzones, las botas, los guantes y el batín de boxeo. La reacción de Esmarelda es reflejar en su rostro la extrañeza que le produce ver lo que está viendo.
Con la bolsa de deportes en una mano, Butch salta fuera del contenedor de basura y echa a correr hacia el taxi. Antes de subir, se quita el batín y lo arroja al suelo.
* 38. INTERIOR DEL TAXI (aparcado/lloviendo) – DE NOCHE
* Butch, empapado, desnudo a excepción de los calzones de boxeo, las botas y los guantes, se deja caer en el asiento de atrás y cierra la portezuela con fuerza.
* Esmarelda, que mira fijamente hacia adelante, habla con Butch a través del espejo retrovisor:
* ESMARELDA: (con acento hispano). ¿Es usted el hombre al que se supone debía recoger?
* BUTCH: Si este es el taxi que he llamado, yo soy ese hombre.
* ESMARELDA: ¿Adónde vamos?
* BUTCH: Fuera de aquí.
* Se hace girar la llave de contacto y el motor se pone en marcha.
* El taxímetro se enciende.
* El pie desnudo de Esmarelda se hunde sobre el acelerador.
39. EXTERIOR. AUDITORIO (lloviendo) – DE NOCHE
El taxi sale del callejón y patina sobre el pavimento húmedo, pasando ante la puerta principal del auditorio a toda velocidad.
40. INTERIOR. VESTUARIO DE WILLIS (auditorio) – DE NOCHE
Se abre la puerta del vestuario y Dave el Inglés se abre paso entre el gentío que se agolpa en el pasillo exterior, cerrando la puerta ante la gente. Una vez en el interior, Dave el Inglés se toma su tiempo para arreglarse el traje y la corbata.
En el vestuario, el boxeador negro Floyd Ray Willis aparece tumbado sobre la mesa… Está muerto. Su rostro aparece como si hubiera sido atacado por un enjambre de abejas. Su entrenador está arrodillado, con la cabeza apoyada sobre el pecho de Floyd, llorando sobre su cuerpo.
La figura corpulenta de Marsellus Wallace se encuentra de pie ante la mesa, con la mano apoyada sobre el hombro del entrenador, como ofreciéndole apoyo emocional. Seguimos sin ver con claridad a Marsellus; sólo nos damos cuenta de que es corpulento.
Mia está sentada en una silla, en el rincón más alejado del vestuario.
Marsellus levanta la mirada, ve a Dave el Inglés y se acerca a él.
MARSELLUS (voz): ¿Qué has conseguido?
DAVE EL INGLÉS: Se ha largado.
MARSELLUS (voz): Estoy dispuesto a buscar a ese hijo de puta por todas partes. Si Butch se ha marchado a Indochina, quiero que haya un negro, oculto en un saco de arroz, preparado para darle una patada en el trasero.[15]
DAVE EL INGLÉS: Me ocuparé de eso.
41. INTERIOR DEL TAXI (en movimiento/lloviendo) – DE NOCHE
Butch se quita uno de los guantes de boxeo. Esmarelda lo observa por el espejo retrovisor. Él intenta bajar una de las ventanillas de atrás, pero no encuentra la manija.
* BUTCH: Eh, ¿cómo se puede abrir la ventanilla?
* ESMARELDA: Tengo que hacerlo yo.
* Ella aprieta un botón y la ventanilla de atrás desciende.
Butch arroja el guante de boxeo por la ventanilla. Luego, empieza a desatarse el otro.
Esmarelda no puede permanecer callada por más tiempo.
ESMARELDA: Eh, señor.
BUTCH: (tratando de desatarse el otro guante). ¿Qué?
ESMARELDA: ¿Estuvo usted en esa pelea? La que retransmitían por la radio. ¿Fue usted el boxeador?
Mientras él arroja el otro guante por la ventana.
BUTCH: ¿Qué le ha hecho tener esa idea?
ESMARELDA: Vamos, es usted. Sé que es usted. Dígamelo.
BUTCH: (secándose con una toalla de gimnasio). Sí, soy él.
ESMARELDA: Ha matado usted al otro boxeador.
BUTCH: ¿Ha muerto?
ESMARELDA: En la radio han dicho que ha muerto.
Él termina de secarse con la toalla.
BUTCH: (hablando para sí mismo). Lo siento mucho, Floyd.
Después, arroja la toalla por la ventanilla. Se hace el silencio, mientras Butch busca una camiseta en la bolsa.
ESMARELDA: ¿Cómo se siente?
BUTCH: (encuentra la camiseta). ¿A qué se refiere?
ESMARELDA: Por haber matado a un hombre. Por haber golpeado a otro hombre con las manos hasta producirle la muerte.
Butch se pone la camiseta.
BUTCH: ¿Es usted alguna clase de bruja fanática?
ESMARELDA: No, pero es un tema que me interesa mucho. Es usted la primera persona que conozco de la que sé que ha matado a alguien. Así que, ¿cómo se sintió al matar a un hombre?
BUTCH: Le diré una cosa: si me da unos cigarrillos contestaré a su pregunta.
Esmarelda da un pequeño respingo en su asiento, excitada.
ESMARELDA: ¡Trato hecho!
Butch se indina hacia adelante. Esmarelda, sin apartar la mirada del trayecto, le pasa un paquete de cigarrillos. Butch lo toma. Luego, sin mirar en ningún momento hacia atrás, ella extiende una mano con una cerilla encendida. Butch enciende un cigarrillo y luego arroja la cerilla encendida. Butch da una larga chupada.
BUTCH: Así…
Butch observa la licencia de ella.
BUTCH:… Esmeralda Villalobos…, ¿es mexicano?
ESMARELDA: El nombre es español, pero yo soy colombiana.
BUTCH: Es un nombre muy bonito.
ESMARELDA: Significa «Esmeralda de los lobos».
BUTCH: Pues es un nombre endiablado el que tienes, hermana.
ESMARELDA: Gracias. ¿Y cómo te llamas tú?
BUTCH: Butch.
ESMARELDA: Butch. ¿Qué significa?
BUTCH: Soy estadounidense. Nuestros nombres no significan una mierda. De todos modos, y yendo al grano, ¿qué es lo que quieres saber, Esmarelda?
ESMARELDA: Quiero saber lo que se siente después de haber matado a un hombre…
BUTCH: No podría decírtelo. No sabía que había muerto hasta que tú me lo dijiste. Ahora que sé que ha muerto, ¿quieres saber lo que siento al respecto?
Esmarelda asiente con la cabeza: «Sí».
BUTCH: No me siendo nada mal, en lo más mínimo. ¿Quieres saber por qué, Esmarelda?
Esmarelda asiente de nuevo con la cabeza: «Sí».
BUTCH: Porque soy un boxeador. Y después de haber dicho eso, ya se ha dicho todo lo que hay que decir sobre mí. Quizá ese pobre hijo de puta de esta noche fue un boxeador en alguna ocasión. Pero si lo fue, estaba muerto mucho antes de que su trasero cayera sobre la lona del ring. Yo no hice más que sacar al pobre bastardo de su miseria. Y si nunca fue un verdadero boxeador… (Butch da una chupada al cigarrillo). Eso es lo que se recibe por joder a mi deporte.
42. EXTERIOR. CABINA TELEFÓNICA (lloviendo) – DE NOCHE
La cámara rodea lentamente la cabina telefónica mientras Butch habla por teléfono en su interior.
BUTCH: (en el teléfono). Ya te lo he dicho. En cuanto se extienda la noticia de que había un arreglo, todo estará fuera de control. Eh, si hubiera sido mejor boxeador aún estaría con vida. Si no hubiera tenido encajes en los guantes, algo que nunca debería haber hecho, aún estaría con vida. Pero ya basta de hablar del pobre y desgraciado señor Floyd. Hablemos mejor del rico y próspero señor Butch. ¿Cuántas apuestas pudiste colocar? (Pausa). ¿Ocho? ¿Cuánto tiempo tardarás en cobrarlas? (Pausa). ¿Así que mañana por la noche lo tendrás todo? (Pausa). Buenas noticias, Scotty. Realmente, eso son buenas noticias… Voy a estar deambulando por ahí, fuera de la vista. Yo y Fabián nos marcharemos por la mañana. Seguramente tardaremos un par de días en llegar a Knoxville. La próxima vez que nos veamos será con la hora de Tennessee.
Butch cuelga el teléfono. Mira hacia donde está el taxi, que espera para llevarle a donde quiera ir.
BUTCH: (para sí mismo, en francés, con subtítulos en inglés). Fabienne, amor mío, empieza nuestra aventura.
CORTE A:
43. EXTERIOR. MOTEL (ha dejado de llover) – DE NOCHE
El taxi de Esmarelda entra en el aparcamiento de un motel. Ha dejado de llover, pero la noche todavía está húmeda. Butch baja del taxi, ahora completamente vestido, con camiseta, téjanos y chaqueta deportiva de escuela superior. Se inclina sobre la ventanilla de la conductora.
ESMARELDA: Cuarenta y cinco con sesenta.
Butch le entrega el dinero.
BUTCH: Merci beaucoup. Y aquí tienes un poco más por el esfuerzo.
Butch le tiende un billete de cien dólares.
A Esmarelda se le enciende la mirada. Extiende la mano para coger el billete. Pero Butch lo retira.
BUTCH: Ahora bien, si alguien te preguntara a quién has llevado esta noche, ¿qué le vas a decir?
ESMARELDA: La verdad. A tres mexicanos bien vestidos, ligeramente achispados.
Butch le entrega el billete.
BUTCH: Bon soir, Esmarelda.
ESMARELDA: (en español). Que duermas bien, Butch.
Butch le retuerce ligeramente la nariz, ella sonríe; y luego, él se da la vuelta y se aleja. El taxi se marcha.