18. EXTERIOR. LOCAL DE JACK RABBIT SLIM’S – DE NOCHE

En los últimos seis años han surgido en Los Angeles numerosos restaurantes que imitan la decoración de los años cincuenta y que han hecho buena competencia a los restaurantes Thai, todos los cuales son básicamente iguales. Decoración que parece sacada de un comic de «Archie», con los dorados y viejos tiempos emanando continuamente de un antiguo Wurlitzer, jugosas camareras con calcetines cortos, menús con ofertas como la hamburguesa de queso Fats Domino, o la tortilla Lobo Jack, y precios excesivamente caros que pagar por toda esta mierda.

Pero ahí está el Jack rabbit Slim’s, el gran restaurante de los años cincuenta, que es el mejor o el peor, dependiendo del punto de vista de cada uno.

El Malibu de Vincent se acerca al restaurante. Un gran cartel, con una caricatura en neón de un gran conejo de aspecto fríamente hosco sobre un limpiaparabrisas rojo, se yergue sobre el establecimiento. Por debajo de la caricatura aparece el nombre: Jackrabbit Slim’s. Más abajo aún aparece el eslogan: «Lo mejor después de la máquina del tiempo».[10]

19. INTERIOR. LOCAL JACK RABBIT SLIM’S – DE NOCHE

Comparado con el interior, el exterior era como el de un pintoresco pub inglés. Las paredes aparecen cubiertas con carteles de películas destacadas de los años cincuenta (Rock all Night, High School Confidential, Attack of the Crab Monster y Machine Gun Kelly). Los reservados donde se sientan los clientes están hechos con las carrocerías de coches de los años cincuenta.

En medio del restaurante hay una pista de baile. Un gran cartel que se ve en la pared, dice: «No se permiten zapatos». Así pues, los bailarines que se mueven espasmódicamente (en realidad, tipos Melrose), bailan con calcetines o con los pies desnudos.

Las ventanas panorámicas no dan a la calle; en lugar de eso, por detrás de ellas se proyectan escenas callejeras de películas en blanco y negro de los años cincuenta. Las camareras y los camareros son réplicas de personajes cinematográficos de los años cincuenta: Marilyn Monroe, El Zorro, James Dean, Donna Reed, Martin y Lewis y el botones del Philip Morris, que esperan ante las mesas, con trajes apropiados.

Vincent y Mia estudian el menú en un reservado que reproduce un Edsel rojo del 59. BUDDY HOLLY (su camarero), se les acerca, mostrando una gran chapa sobre el pecho que dice: «Hola. Soy Buddy. Agradarle a usted me agrada a mí».

Buddy se marcha. Vincent echa un vistazo al local. Los yuppies bailan, los que cenan se dedican a hincarle el diente a grandes y jugosas hamburguesas, y los personajes representan sus papeles. Marilyn lanza gritos agudos, el botones vocea: «Philip Morris», Donna Reed hace beber la leche a sus clientes, y Dean y Jerry actúan cómicamente.

Vincent saca una bolsa de tabaco y empieza a liarse un cigarrillo.

Después de observarle durante un momento…

Cuando él termina de liarlo…

Le tiende el cigarrillo que acaba de liar. Ella lo toma y se lo coloca entre los labios. Como surgido de la nada, en la mano de Vincent aparece un encendedor Zippo. Lo hace funcionar.

Empieza a liar otro cigarrillo para sí mismo.

En ese momento, el sonido de un vagón de metro llena el restaurante, haciendo que todo se estremezca y tintinee. Marilyn Monroe echa a correr hacia una rejilla de ventilación situada en el suelo. Un imaginario vagón de metro hace volar la falda de su vestido blanco, que le levanta hasta las orejas, mientras ella emite pequeños gritos. Todo el restaurante aplaude. De regreso a Mia y Vincent…

Buddy regresa con las bebidas. Mia rodea con sus labios la paja que sobresale del batido.

Vincent sonríe.

Él toma un sorbo.

Desliza el batido hacia ella. Se produce entonces el primero de una serie de silencios incómodos.

20. INTERIOR. TOCADOR DEL JACKRABBIT SLIM’S – DE NOCHE

Mia se empolva la nariz esnifando una gran línea de coca extendida sobre el lavabo. Echa la cabeza hacia atrás a causa de la reacción.

21. INTERIOR. LOCAL DE JACKRABBIT SLIM’S – DE NOCHE

Vincent empieza a comer su filete Douglas Sirk. Mientras mastica, observa el infernal restaurante. Mia regresa a la mesa.

Señala hacia la Marilyn del vestido blanco que sirve una mesa en ese momento.

Luego, señala a una camarera rubia con un suéter ajustado y pantalones capri, que anota el pedido de un puñado de forofos del cine…

Mia asiente con la cabeza: «Sí».

Mia y Vincent sonríen al mismo tiempo.

Vincent se toma su tiempo, antes de contestar.

* Ella toma un sorbo del batido de cinco dólares y dice:

* En ese momento, empieza a sonar por el tocadiscos tragaperras automático una vieja canción.

Vincent sonríe y empieza a quitarse las botas. Mia, triunfante, se quita su calzado. Él la toma de la mano y la acompaña a la pista de baile. Los dos se sitúan frente afrente durante ese breve momento antes de empezar a bailar, y a continuación ambos inician el movimiento demoníaco del twist. La versión que ofrece Mia del twist es la de una gata sexual. Vincent es el puro Señor Frío, al tiempo que emprende un ritmo de oscilación de caderas que haría sentirse orgulloso al señor Checker.

Los otros que bailan en la pista tratan de hacer lo mismo, pero Vincent y Mia parecen mover sus traseros con una extraña sincronización. Definitivamente, ambos comparten un ritmo, así como las sonrisas, al tiempo que tararean los últimos versos de la vieja canción.

CORTE A: