8. INTERIOR. APARTAMENTO (habitación 49). – POR LA MAÑANA

Hay tres hombres jóvenes, evidentemente cansados de esperar, sentados ante una mesa con hamburguesas, patatas fritas y vasos de soda.[2]

Uno de ellos corre el grueso pestillo de la puerta, y la abre. Jules y Vincent aparecen en el pasillo.

Los dos hombres entran en la habitación. Los tres tipos, que han sido pillados desprevenidos, son:

MARVIN: El joven negro, que abrió la puerta, se retirará hacia un rincón a medida que progrese la escena.

ROGER: Un surfista joven, de cabello rubio, con un corte de pelo «a lo ala de gaviota», que no dice una sola palabra, está sentado ante la mesa con una gran y jugosa hamburguesa en la mano.

BRETT: Un tipo de raza blanca, con aspecto de jovenzuelo y el cabello corto.

Vincent y Jules ocupan el lugar, con las manos en los bolsillos. Jules es el que lleva la voz cantante.

No hay respuesta.

Mientras Jules y Brett hablan, Vincent se sitúa por detrás de los jóvenes.

Brett sacude la cabeza con un gesto negativo: «No».

No hay respuesa.

Jules toma la hamburguesa y le da un bocado.

Jules le tiende la Gran Kahuna.

Jules toma el vaso y bebe un sorbo.

Roger asiente con la cabeza: «Sí».

Vincent se acerca a la cama, se agacha, mira y saca un maletín negro.

Vincent hace saltar las dos cerraduras y abre el maletín. No podemos ver lo que hay dentro, pero del maletín surge un pequeño fulgor. Vincent se lo queda mirando fijamente, pasmado.

No hay respuesta del todavía pasmado Vincent.

Vincent levanta la mirada hacia Jules.

Mientras Brett habla, Jules saca su revólver y dispara tres veces contra el pecho de Roger, haciéndole salir volando de la silla donde estaba sentado.[4]

Vincent sonríe para sí. Desde luego, Jules tiene estilo.

Brett se acaba de ensuciar en los pantalones. No llora ni gimotea, pero está aterrorizado, como si su cuerpo implosionara.

Brett no puede decir una sola palabra.

Brett sigue sin poder hablar.

Jules toma la mesa y la vuelca salvajemente, eliminando la única barrera que había entre él y Brett. Ahora, Brett está sentado en una silla solitaria, delante de Jules, como un detenido político delante de su interrogador.

Jules toma la 45 y aprieta con fuerza el cañón del arma contra la mejilla de Brett.

Brett parece lamentarlo.

Brett hace lo que puede.

Jules se vuelve a mirar a Vincent, que se encoge de hombros. Jules gira los ojos y le dispara a Brett en el hombro. Brett grita y sufre un espasmo de temblor en la silla.

Ahora con un tono de voz más bajo,

A continuación, los dos hombres vacían sus armas al mismo tiempo sobre el sentado Brett.

Una vez que han terminado, el cuerpo lleno de plomo permanece sentado en la silla por un momento.

Luego se desploma.

Todo queda en silencio. El único sonido es el de Marvin, que murmura en un rincón.[5]

Entonces, de repente, se abre de golpe la puerta del cuarto de baño y un cuarto hombre (tan joven como los demás). se lanza hacia afuera con una Magnum plateada en la mano. Parece como si un médium se hubiera apoderado de él.

El cuarto hombre hace seis resonantes disparos con el arma que sostiene en la mano, en dirección a Vincent y Jules. Lanza un grito maníaco de venganza hasta que se le acaban las balas.

Luego… su rostro cambia por completo y pasa de expresar «La venganza es mía» a una expresión de: «¿Qué demonios es esto?».

El cuarto hombre sale volando, fuera del encuadre, a causa de las balas que lo hacen pedazos.

El encuadre queda vacío. LA ESCENA SE FUNDE EN NEGRO Sobre el negro, aparece un título: