Asesinato en el Comité Central, quinta entrega de la serie Carvalho, publicada en 1981, fue en su momento motivo de controversia. Su argumento es un tópico de la novela negra: alguien es asesinado en un local cerrado, y por lo tanto, el asesino es alguno de los allí presentes.
Pero, si ese alguien es Fernando Garrido, Secretario General del PCE, asesinado en una reunión a puerta cerrada del Comité Central del partido, la cosa adquiere otros muchos matices. ¿Pretendía Vazquez Montalbán, desde su condición de ex-militante, anunciar la muerte del comunismo?
La oportunidad histórica la marcaba la época en la que apareció la novela, 1981, año en el que el Partido Comunista de España estaba sumido en una profunda crisis institucional. La aparición de una obra en la que se investigaba el asesinato de su Secretario General supuso todo un acontecimiento. Esta novela, junto a la Autobiografía de Federico Sánchez de Semprún, otrogaron un rostro humano a los comunistas, presentados hasta entonces como demonios con cuernos y rabo por la propaganda franquista y la iglesia o como héroes perfectos y abnegados luchadores por la resistencia democrática. Aquí aparece su lado humano, sus pequeñas o grandes mezquindades, sus enfrentamientos internos sobre el fondo de su menguante influencia política.
Más allá de la época, la novela nos presenta una trama cuidada, matizada por un elenco de personajes figurados pero reales (arquetipos, como dice Vázquez Montalbán) que van desde políticos, militantes de base, espías y ex-espías, sicarios y comisarios en plena Transición, entre la nostalgia franquista y la realidad de los nuevos tiempos.
Una novela a la que merece la pena acercarse y disfrutar con ella.