La figura del Cid suele ser objeto de acercamientos bibliográficos con cierta periodicidad. En los últimos tiempos ha recibido un tratamiento novelístico realmente deplorable en una obra que prefiero no mencionar. Mucho mejor es el resultado obtenido por Gonzalo Martínez Diez en su biografía El Cid histórico (Barcelona, 1999), que analiza al personaje de manera rigurosa y documentada a la par que partiendo de las más variadas perspectivas.
A pesar de lo anterior, la obra de lectura obligatoria para analizar al Cid continúa siendo La España del Cid de Ramón Menéndez Pidal, que supera holgadamente las limitaciones de una biografía. También del mismo autor es El Cid Campeador (Madrid, 1950), que hasta la aparición del libro citado de Martínez Diez era la mejor obra en un tomo sobre el héroe castellano.