Durante los años setenta, el panorama político europeo se vio sacudido por la aparición de un fenómeno conocido como eurocomunismo. Propugnado por Enrique Berlinguer, secretario general del PCI, inmediatamente fue asumido por el PCE, dirigido a la sazón por Santiago Carrillo, y el PCF de Georges Marchais. Supuestamente, el eurocomunismo era una nueva clase de comunismo que aceptaba las reglas del juego, que se mantenía distanciado y crítico respecto de la URSS y que pretendía avanzar hacia el socialismo de manera pacífica y escrupulosamente democrática. Pero, en realidad, ¿quién creó el eurocomunismo?