Pues, no funcionamos, y todos
los recuerdos a decir verdad no son buenos.
Pero a veces la pasamos bien.
El amor fue bueno. Me encantaba tu dormir chueco
a mi lado y nunca soñé con miedo.
Debería haber estrellas para grandes guerras como la nuestra.
SANDRA CISNEROS,
«Un último poema para Richard»