A Georges Dazet, Henri Mue, Pedro Zurmaran, Louis Durcour, Josep Bleumstein, Josep Durand;
A mis condiscípulos, Lespès, Georges Minvielle, Auguste Delmas;
A los directores de revistas, Alfred Sircos, Frédéric Dame;
A los amigos anteriores, presentes y futuros;
Al señor Hinstin, mi antiguo profesor de retórica;
están dedicados, de una vez por todas, los prosaicos fragmentos que escribiré en la sucesión de las edades, y de los cuales, el primero comienza hoy a ver la luz, tipográficamente hablando.