[1] Richard A. H. Robinson: The Origins of Franco’s Spain (Newton Abbot, 1970), p. 12. <<
[2] Salvador de Madariaga: Spain: A Modern History (Londres, 1961), p. 455. Un estudio más elaborado de esta misma tesis aparece en Guillermo Díaz: Cómo llegó Falange al poder (Buenos Aires, 1940), páginas 63-74. <<
[3] Andrés Saborit: Julián Besteiro, 2.ª ed. (Buenos Aires, 1967) página 250; Luis Romero Solano: Vísperas de la guerra de España (México, ¿1947?), pp. 176-177; Carlos de Baraibar: «La traición del stalinismo», en Timón (Buenos Aires), núm. 7, junio de 1940; conferencia de Luis Araquistáin en Toulouse el 24 de enero de 1947, citada en Saborit: Besteiro, p. 262, y observaciones de Araquistáin a Juan Marichal, en introducción a Manuel Azaña, Obras completas, 4 vols. (México, 1966-1968), III, XXXI-XXXII. <<
[4] Esto lo han observado tanto críticos de derecha como de izquierda. Véase Ricardo de la Cierva: «Marxismo en España, hoy», en ABC, 8 de junio de 1973, y Juan Andrade: La burocracia reformista en el movimiento obrero (Madrid, 1935), crítica acerva; Fernando Claudín: «Dos concepciones de la vía española al socialismo», en Horizonte Español 1966 (París, 1966), II, p. 60. <<
[5] Gerald Brenan: The Spanish Labyrinth, 2.ª ed. (Cambridge, 1950), página 218; Grandizo Munis: Jalones de derrota, promesa de victoria (México, 1948), p. 50; Gerald H. Meaker: The Revolutionary Left in Spain, 1914-1923 (Stanford, 1974), pp. 10-14 y 196-197. <<
[6] El Socialista, 10 de noviembre de 1917. <<
[7] Juan Pablo Fusi Aizpurúa: «El movimiento obrero en España, 1876-1914», en Revista de Occidente (Madrid), núm. 131, febrero de 1974; Meaker, Revolutionary Left, p. 4. <<
[8] Juan Antonio Lacomba: La crisis española de 1917 (Madrid, 1970), passim; Manuel Tuñón de Lara: El movimiento obrero en la historia de España (Madrid, 1972), cap. X. <<
[9] Juan Díaz del Moral: Historia de las agitaciones campesinas andaluzas, 3.ª ed. (Madrid, 1973); Alberto Balcells: El sindicalismo en Barcelona, 1916-1923 (Barcelona, 1965). <<
[10] Juan Pablo Fusi: Política obrera en el País Vasco, 1880-1923 (Madrid, 1975), cap. 8. David Ruiz: El movimiento obrero en Asturias (Oviedo, 1968), pp. 162-181, muestra la aspereza de los conflictos sociales en la región. <<
[11] Diciembre de 1919, junio de 1920, abril de 1921. Las mejores reseñas son las de Meaker: Revolutionary Left, passim, y Tuñón: Movimiento obrero, pp. 681-717. <<
[12] Gabriel Morón: El partido socialista ante la realidad política española (Madrid, 1929), pp. 109-114. <<
[13] El Socialista, 14 de septiembre de 1923, estaba decididamente contra la resistencia. <<
[14] Francisco Largo Caballero defiende fervientemente esta postura en Presente y futuro de la Unión General de Trabajadores de España (Madrid, 1925), passim. <<
[15] Luis Araquistáin: «¿Qué hacen los socialistas?», en El Socialista, 1 de mayo de 1929; Enrique de Santiago: La Unión General de Trabajadores ante la revolución (Madrid, 1932), pp. 21, 22, 25, 44; Manuel Cordero: Los socialistas y la revolución (Madrid, 1932), pp. 43-51, 60-67; Largo Caballero: Mis recuerdos, cartas a un amigo (México, 1954); resulta extrañamente nada informativo sobre el tema, aunque vitupera a los que se opusieron a la táctica pasiva adoptada por el PSOE y la UGT, véanse pp. 90-91. <<
[16] Los anarquistas fueron atacados desde el primer momento, José Peirats: La CNT en la revolución española, 3 vols. (2.ª ed., París, 1971), I, pp. 37-38. El dictador ofreció tolerar a los comunistas si se comprometían a abandonar la agitación; cuando la dirección se negó, empezaron las detenciones, José Bullejos: La Comintern en España (México, 1972), p. 54. <<
[17] Joaquín Maurín: Los hombres de la Dictadura (Madrid, 1930), páginas 153-156. <<
[18] Morón: Partido socialista, pp. 78-85. <<
[19] Antonio Ramos Oliveira: Politics, Economics and Men of Modern Spain (Londres, 1946), p. 205. <<
[20] El pensamiento de Besteiro ha recibido considerable atención recientemente en España. Véase Alberto Míguez: El pensamiento filosófico de Julián Besteiro (Madrid, 1971); Andrés Saborit: El pensamiento político de Julián Besteiro (Madrid, 1974), y E. Lamo de Espinosa: Filosofía y política en Julián Besteiro (Madrid, 1973), que contiene una información detallada del positivismo y el neokantismo que impregnaron siempre el marxismo de Besteiro. Besteiro hizo la introducción a una traducción de El programa de Erfurt, de Kautsky (Madrid, 1933). <<
[21] Lamo de Espinosa: Besteiro, pp. 302-307. <<
[22] El Socialista, 5 de febrero y 14 de noviembre de 1924. <<
[23] Largo Caballero: Mis recuerdos, p. 37; Presente y futuro, p. 7. <<
[24] Largo Caballero: Presente y futuro, pp. 42-43; Santiago: La Unión General de Trabajadores, pp. 24-25. <<
[25] Este sentimiento de rivalidad aparece en muchos escritos socialistas de la época. Véase Largo Caballero: Presente y futuro, passim; Santiago: La Unión General de Trabajadores, p. 44; Cordero: Socialistas, p. 64; Convocatoria y orden del día para el XII Congreso ordinario del PSOE (Madrid, 1927), p. 91. Antonio Ramos Oliveira lo expresa más claramente en Nosotros los marxistas: Lenin contra Marx (Madrid, 1932), p. 185, donde acepta la persecución de anarquistas y comunistas por el dictador sobre la base de que tales grupos son incompatibles con cualquier régimen. <<
[26] Convocatoria, p. 89. <<
[27] ABC, 29 de septiembre de 1923. <<
[28] El Socialista, 2 de octubre y 1 de noviembre de 1923; Ruiz: Asturias, pp. 188-189. <<
[29] Ruiz: Asturias, p. 189. <<
[30] Tuñón: Movimiento obrero, p. 721; ibid., p. 776, para las acciones huelguísticas. <<
[31] Convocatoria, p. 96. <<
[32] Largo Caballero y Cordero, en la Junta de Abastos (Santiago: UGT, p. 39); Lucio Martínez y otros miembros de la ejecutiva estuvieron en otros organismos (Tuñón: Movimiento obrero, p. 776). <<
[33] Convocatoria, pp. 101-102. <<
[34] Manuel Tuñón de Lara: La España del siglo XX (2.ª ed., París, 1973), p. 151. <<
[35] Convocatoria, p. 103. <<
[36] El Socialista, 11 de diciembre de 1923; Virgilio Zapatero: Fernando de los Ríos: los problemas del socialismo democrático (Madrid, 1974), p. 77. <<
[37] El Socialista, 13 de diciembre de 1923; Largo Caballero: Presente y futuro, pp. 42-47; Recuerdos, pp. 90-92. <<
[38] Ruiz: Asturias, pp. 190-191. <<
[39] Vicente Marco Miranda: Las conspiraciones contra la Dictadura (Madrid, 1930), p. 61, muestra cómo Besteiro sólo estaba dispuesto a autorizar un movimiento contra la Dictadura que no supusiera riesgos contra los socialistas. Más tarde, los apologistas del PSOE señalarían, con cierta justificación, que la mayoría de los movimientos de resistencia intentaban restaurar la monarquía y, por tanto, ofrecían pocas ventajas al movimiento obrero; Cordero: Socialistas, p. 74; Ramos Oliveira: Nosotros, pp. 182-183; El Socialista, 12 de mayo de 1925 y 26 de febrero de 1926. <<
[40] Eduardo Aunós: La política social de la Dictadura (Madrid, 1944), pp. 46-63. <<
[41] Santiago: UGT, pp. 25-27 y 32-33. <<
[42] Ibid., Cordero: Socialistas, p. 63; Ramos Oliveira: Nosotros, páginas 186 y 193; cf. Maurín: Hombres, p. 189. <<
[43] En 1927 se registraron 107 huelgas en las que tomaron parte 70 616 trabajadores y que supusieron 1 311 065 jornadas de trabajo perdidas. En 1928, con aproximadamente el mismo número de huelgas y de huelguistas, sólo se perdieron 771 293 jornadas. En 1929 las cifras descendieron más aún: 96 huelgas, 55 576 huelguistas y 313 065 jornadas perdidas (Tuñón: Movimiento obrero, p. 780). Esto parece reflejar el éxito de los comités paritarios en anestesiar las protestas de la clase obrera. En Barcelona, por ejemplo, el desempleo casi se duplicó entre principios de 1927 y finales de 1929; Alberto Balcells: Crisis económica y agitación social en Cataluña (1930-1936) (Barcelona, 1971), p. 34. Además, tras haber aumentado lentamente hasta 1925, los salarios comenzaron a bajar desde entonces a ritmo regular, aunque con grandes variaciones regionales y por oficios. Los alimentos corrientes de la clase obrera, como patatas, pan y aceite de oliva, aumentaron de precio. Para un análisis de salarios y precios, véase Tuñón: Movimiento obrero, pp. 755-773. Cf. Joaquín Maurín: La revolución española (Madrid, 1932), p. 51. <<
[44] Ruiz: Asturias, pp. 191-195. <<
[45] Edward E. Malefakis: Agrarian Reform and Peasant Revolution in Spain (New Haven, 1970), p. 159; Convocatoria, pp. 11-12, reproduce peticiones de organizaciones socialistas de Asturias, Andalucía y Zaragoza para que el PSOE adoptase una política agraria más coherente y dinámica. <<
[46] Eduardo Aunós: Itinerario histórico de la España contemporánea (Barcelona, 1940), pp. 377-379; Santiago: UGT, p. 45, afirma que para 1928 se habían clausurado 65 secciones rurales de la UGT con 15 000 miembros. En diciembre de 1929 la UGT tenía únicamente 30 000 miembros rurales; en agosto de 1922 eran 65.405. <<
[47] Morón: Partido socialista, pp. 124-135. <<
[48] Saborit: Besteiro, pp. 169-170; Convocatoria, p. 121. <<
[49] Maurín: Hombres, pp. 188-189; Andrade: Burocracia reformista, passim; Ricardo Sanz: El sindicalismo y la política (Toulouse, 1966), p. 149; Álvaro de Albornoz: prólogo a Morón: Partido socialista, p. 25. <<
[50] Véanse notas 43 y 45. Resulta difícil establecer el avance de la UGT en este período. Santiago: UGT, pp. 44-45, admite la pérdida de 15 000 trabajadores rurales, pero afirma, en compensación, un crecimiento de 17 000 obreros industriales en la época en que se celebró el XVI Congreso de septiembre de 1928. Incluso en el sector minero, a pesar de las pérdidas espectaculares en Asturias, hubo algún crecimiento. Llaneza consiguió asegurar mejores salarios y condiciones laborales para los mineros del cobre de las minas de Tharsis, de propiedad británica, en las cercanías de Huelva. Este éxito indujo a los mineros de la zona a afiliarse a la Federación Minera; S. G. Checkland: The Mines of Tharsis (Londres, 1967), pp. 212-214. El crecimiento total de la UGT no fue muy importante: 1923: 210 617; 1924: 210 742; 1925: 217 386; 1926: 219 396; 1927: 223 349; 1928: 210 567; 1929: 238 501 (cifras de Tuñón: Movimiento obrero, pp. 721, 775, 784; Santiago: UGT, p. 45; Maurín: Hombres, pp. 197-198). Representan un crecimiento muy escaso considerando la posición privilegiada de la UGT; apenas mayor del que se podía esperar en los años normales y que, desde luego, no supone una absorción de los militantes cenetistas. Claro que las cifras se refieren a miembros cotizantes y los tiempos eran difíciles. En el XVI Congreso de la UGT, del 10 al 15 de septiembre de 1928, los 591 delegados representaban sólo a 141 269 afiliados (René Lamberet: Mouvements ouvriers et socialistes: l’Espagne, París, 1953, p. 146), pero posiblemente se debía a que algunas secciones no tenían fondos suficientes para mandar un delegado. El PSOE evolucionó ligeramente mejor, aumentando de 5395 en 1923 a 12 815 en 1929, según Maurín: Hombres, p. 199. Tuñón: Movimiento obrero, pp. 732 y 775, da las cifras de 8215 en 1923, creciendo hasta 13 181 en 1929. Maurín: Hombres, p. 200, afirma que el crecimiento representaba simplemente los miembros de la UGT que se habían afiliado al PSOE. En centros industriales importantes, el número de miembros del PSOE era muy bajo. En Asturias descendió de 528 en 1923 a 391 en 1929; en el País Vasco, de 670 a 631. <<
[51] Morón: Partido socialista, pp. 182-185; El Socialista, 10 de julio de 1928. <<
[52] PSOE: presidente, Besteiro; vicepresidente, Largo Caballero; tesorero, Saborit; secretario, Lucio Martínez Gil; secretario de actas, Wenceslao Carrillo. UGT: presidente, Besteiro; vicepresidente, Saborit; secretario general, Largo Caballero; tesorero, W. Carrillo. Tuñón: Movimiento obrero, p. 784. <<
[53] Morón: Partido socialista, pp. 189-190. Éste fue el principio de la oleada de huelgas en el sur en 1930. Véase Lamberet: Mouvements, pp. 146-147. <<
[54] Ruiz: Asturias, pp. 195-197; Gabriel Santullano: «Las organizaciones obreras asturianas en los comienzos de la II República», en Manuel Tuñón de Lara: Sociedad, política y cultura en la España de los siglos XIX-XX (Madrid, 1973), p. 257. <<
[55] El Socialista, 3 de enero de 1929. Santiago: UGT, p. 54, afirma que en las últimas etapas de la Dictadura fueron disueltas 150 secciones de la UGT, se clausuraron 93 centros obreros y cientos de socialistas fueron detenidos tras las huelgas, especialmente en Santander y Vigo. <<
[56] Saborit: Besteiro, p. 172. <<
[57] Boletín de la Unión General de Trabajadores de España (en adelante, BUGT), agosto de 1929; El Socialista, 1 de septiembre de 1929. <<
[58] Santiago: UGT, p. 47. <<
[59] Se reproduce Integro en Saborit: Besteiro, pp. 175-180. <<
[60] BUGT, septiembre de 1929; El Sol, 17 de septiembre de 1929. <<
[61] Centenares de miembros de la UGT fueron encarcelados en Santander a raíz de una huelga del Sindicato Metalúrgico Montañés, Santiago: UGT, p. 54; El Socialista, 14 de enero de 1930. <<
[62] El Socialista, 5 y 13 de febrero de 1924. <<
[63] El Sol, 6, 13 y 17 de febrero de 1924. <<
[64] En 1924 Besteiro pasó una larga temporada en Inglaterra, estudiando la Worker’s Educational Association. Fue la culminación de su creciente interés por las realizaciones del partido laborista y el movimiento gremial inglés. Véase Lamo: Besteiro, pp. 57-58 y 310-312. Cuando la polémica en torno a la denominada bolchevización del socialismo español era más aguda, Besteiro publicó una introducción a una serie de ensayos de socialistas ingleses: Stafford Cripss y otros: Problemas de gobierno socialista (Madrid, 1934). <<
[65] Zapatero: De los Ríos, p. 71; Fernando de los Ríos: El sentido humanista del socialismo (Madrid, 1926), passim, da una idea de su concepción de la preeminencia del socialismo democrático. Véase también Elías Díaz: «Fernando de los Ríos: socialismo humanista y socialismo marxista», en Sistema (Madrid), núm. 10, julio de 1975, páginas 115-125. <<
[66] Lamo: Besteiro, p. 70. <<
[67] El texto íntegro se reproduce en Saborit: Besteiro, pp. 185-190. <<
[68] Dámaso Berenguer: De la Dictadura a la República (Madrid, 1946), pp. 51-52. <<
[69] Emilio Mola Vidal: Obras completas (Valladolid, 1940), páginas 351-353. <<
[70] Lamo: Besteiro, pp. 72-73. <<
[71] Miguel Maura: Así cayó Alfonso XIII (Barcelona, 1966), pp. 50-59; José Sánchez Guerra: Al servicio de España (Madrid, 1930); Angel Ossorio y Gallardo: Mis memorias (Buenos Aires, 1946), pp. 165-166. Largo pidió a la ejecutiva del PSOE que censurase a Prieto por haber acudido a un banquete con Sánchez Guerra; Gabriel Mario de Coca: Anti-Caballero (Madrid, 1936), p. 18; PSOE: XIII Congreso ordinario: memoria (Madrid, 1932), pp. 68-69. <<
[72] Ruiz: Asturias, pp. 214-217. <<
[73] Tuñón: Movimiento obrero, p. 790, da las siguientes cifras: 1929: huelgas, 96; huelguistas, 55 576; jornadas perdidas, 313 065; 1930: huelgas, 402; huelguistas, 247 460; jornadas perdidas, 3 747 360. <<
[74] Mola: Obras, p. 260. <<
[75] Bullejos: Comintern, pp. 100-101; José Peirats: Los anarquistas en la crisis política española (Buenos Aires, 1964), pp. 60-64; Mola: Obras, p. 353; Tuñón: Movimiento obrero, p. 792; Lamberet: Mouvements ouvriers, pp. 146-147. <<
[76] Mola: Obras, pp. 352-353; Andrade: Burocracia, pp. 204-220. <<
[77] Muchos militantes anarquistas, e incluso socialistas, entrevistados por el autor recordaban con acritud o con irrisión la gran cantidad de sinecuras acumuladas por Cordero. Para listas, véase Andrade: Burocracia, pp. 242 y 245; Joaquín del Moral: Oligarquía y enchufismo (Madrid, 1933), pp. 80-81. <<
[78] Cordero: Socialistas, p, 88. <<
[79] Mola: Obras, pp. 353-354, 373, 394, 399, 404, 421, 437-446. <<
[80] Anuario estadístico de España (Madrid, 1931), p. 606; El obrero de la tierra, 17 de septiembre de 1932. Estas cifras no llegan todavía a las del sector agrario de la UGT antes de la Dictadura. En agosto de 1922 la UGT tenía 510 secciones agrarias con 65 405 miembros —Anuario estadístico (Madrid, 1923), pp. 308-309—. El BUGT de noviembre de 1931 se quejaba de una sección que con 80 000 miembros sólo recibía suscripciones de 21 000. <<
[81] Constancio Bernaldo de Quirós: «Informe acerca del paro de los jornaleros del campo de Andalucía durante el otoño de 1930», en Ministerio de Trabajo y Previsión Social: La crisis andaluza de 1930-1931 (Madrid, 1931), pp. 8-35. <<
[82] Cordero: Socialistas, pp. 93-94. <<
[83] Maura: Así cayó, pp. 71-73; Saborit: Besteiro, p. 191; Largo Caballero: Recuerdos, p. 107; Zapatero: De los Ríos, pp. 82-83; Lamo: Besteiro, p. 72. <<
[84] Saborit: Besteiro, p. 194; Lamo: Besteiro, p. 74; Zapatero: De los Ríos, pp. 84-85; Mario de Coca: Anti-Caballero, p. 11; Recuerdos, página 108. <<
[85] Las Agrupaciones Socialistas de Bilbao, Valladolid y San Sebastián habían ignorado ya una instrucción del Comité Nacional de enviar concejales a los Ayuntamientos restablecidos. Saborit: Besteiro, página 194. <<
[86] Maura: Así cayó, p. 83. <<
[87] Saborit: Besteiro, p. 191. <<
[88] Indalecio Prieto: Convulsiones de España, 3 vols. (México, 1967-9), I, p. 61. <<
[89] Largo Caballero: Recuerdos, pp. 113-114; Saborit: Besteiro, páginas 194-195. <<
[90] Ignacio Hidalgo de Cisneros: Cambio de rumbo, 2 vols. (Bucarest, 1964), I, pp. 221-224. Hidalgo afirma que había gran entusiasmo entre los tranviarios locales respecto al movimiento revolucionario. <<
[91] El Socialista, 8 y 13 de octubre de 1932. <<
[92] Julio Álvarez del Vayo: The Last Optimist (Londres, 1950), página 198. Se servía ya de su puesto como corresponsal del Guardian para pasar de contrabando armas cortas para el comité revolucionario: ibid., pp. 193-196. Saborit no menciona su falta de colaboración en sus memorias. <<
[93] Mola: Obras, p. 543. <<
[94] Largo Caballero: Recuerdos, pp. 111-112; Saborit: Besteiro, página 196, reconoce que Largo pasaba la información a Muiño, y a continuación, intencionadamente, se pregunta por qué no habló también con Besteiro y con Trifón Gómez. <<
[95] El debate está recogido en El Socialista de 8 y 9 de octubre de 1932; véase también la excelente apología besteirista de G. Mario de Coca: Anti-Caballero, p. 63; Saborit: Besteiro, p. 197; Cordero: Socialistas, pp. 84-85. Una lista de lugares afectados por las huelgas nos la da Tuñón en Siglo XX, pp. 210-211. Véase también Maura: Así cayó, página 75; Ruiz: Asturias, p. 215. <<
[96] Diario de Sesiones de las Cortes (en adelante DSC) de 11 de abril de 1934. <<
[97] El Socialista, 24 de febrero de 1931; Saborit: Besteiro, pp. 201-202; Santiago: UGT, pp. 86-88; Mario de Coca: Anti-Caballero, pp. 23-24. <<
[98] Este proceso es similar al de la alianza del hierro y el centeno en Alemania. Véase Barrington Moore Jr.: Social Origins of Dictatorship and Democracy (Londres, 1967), especialmente cap. VIII; cf. León Trotsky: Carta a los editores de Contra la corriente, 13 de junio de 1930, y su folleto The Revolution in Spain (Nueva York, 1931), reproducido en Escritos sobre España (París, 1971), donde condena como pedante la interpretación socialista del papel de la burguesía. <<
[99] Josep Fontana: «Transformaciones agrarias y crecimiento económico en la España contemporánea», en Cambio económico y actitudes políticas en la España del siglo XIX (Barcelona, 1973); Gonzalo Anes: «La agricultura española desde comienzos del siglo XIX hasta 1868», en Banco de España: Ensayos sobre la economía española a mediados del siglo XIX (Barcelona, 1970); Jordi Nadal: «Spain, 1830-1914», en Cario M. Cipolla, The Emergence of Industrial Society, 2 volúmenes (Londres, 1973), p. 2; Antonio Miguel Bernal: «Formación y desarrollo de la burguesía agraria sevillana», en La propiedad de la tierra y las luchas agrarias andaluzas (Barcelona, 1974); Miguel Viñas: «Franquismo y revolución burguesa», en Horizonte español 1972, 3 volúmenes (París, 1972), III; Nicolás Sánchez Albornoz: España hace un siglo: una economía dual (Barcelona, 1968), p. 190. <<
[100] C. A. M. Hennessy: The Federal Republic in Spain 1868-74 (Oxford, 1962); Juan Antonio Lacomba: La crisis española de 1917 (Madrid, 1970). <<
[101] Jesús Pabón: Cambó (Barcelona, 1952), cap. 10. <<