Todo lo significaste en mi destino.
Vino después la guerra, la devastación,
Y durante largo, largo tiempo
Ni la menor noticia logré tener de ti.
Y al cabo de muchos, muchos años
Nuevamente tu voz vino a turbarme.
Leí toda la noche tu mensaje
Y como tras un desmayo reviví.
Tengo ansia de mezclarme con la gente,
Con su matinal animación.
Dispuesto estoy a hacer pedazos todo
Y a ponerlos a todos de rodillas.
Y echo a correr escaleras abajo
Cual si saliera hoy por vez primera
A estas calles cubiertas por la nieve
Y a estas desérticas calzadas.
Todos se levantan, reinan la luz y el bienestar,
Beben su té, se apresuran al tranvía,
Y en el transcurso de unos minutos
Se vuelve irreconocible la ciudad.
En los portales la tormenta teje
Una espesa red de apretados copos,
Y para llegar a tiempo todos corren
Sin haber terminado de almorzar.
Todo lo que ellos sienten yo lo siento,
Como si me encontrase en su lugar,
Me derrito igual que la nieve se derrite,
Y frunzo como la mañana el ceño.
Conmigo están la gente innominada,
Los árboles, los niños, las personas hogareñas.
Derrotado por todos ellos me siento
Y sólo en eso mi victoria estriba.