17. Una cita

La nieve cubre los caminos

Y se acumula en los aleros.

Para desentumecer las piernas salgo:

Tú tras la puerta permaneces.

Con un abrigo de otoño, sola,

Sin chanclos y sin sombrero,

Luchas con tu desasosiego,

Y la mojada nieve sorbes.

Los árboles y los cercados

Se alejan entre las sombras,

Y aunque nieva sin cesar,

Aguantas sola en la esquina.

Resbala el agua por tu pañoleta,

Por las solapas y las mangas,

Y las gotas de rocío

En tus cabellos resplandecen.

Y un mechón rubio platino

Llena de luz todos tus rasgos,

Tu rostro, tu mantilla,

Tu abriguito y tu silueta.

Aunque cubre la nieve tus pestañas,

Tu angustia ocultar no logra,

Y todo tu semblante de una pieza

Parece haber sido esculpido.

Diríase que una cuchilla

Templada en antimonio

Grabado hubiera tu retrato

En mi corazón de un solo trazo.

Y en él para siempre llevo

Tus rasgos plenos de resignación,

Por eso carece de importancia

Que el mundo sea tan cruel.

Y por eso, esta noche de nieve

La ven mis ojos como dos

Y entre tú y yo soy incapaz

De intentar un límite trazar.

Mas ¿quiénes somos y de dónde

Procedemos, cuando ausentes

Ambos de este mundo, de aquellos años

Tan sólo habladurías, han quedado?