Diálogos a media voz,
Recogida hacia arriba desde el cuello
Con apresuramiento impetuoso
La esponjosa cabellera.
Bajo la pesada peina
Mira una mujer con un casco cubierta,
Echando hacia atrás la cabeza
Junto con las trenzas del cabello.
Y en la calle la calurosa noche
Es presagio de mal tiempo,
Y chancleteando sus zapatos
Se dirigen a sus hogares los viandantes.
Se oye el intermitente
Retumbar del trueno
Y remola el viento
Las cortinas en el ventanal.
Vuelve el silencio a reinar
Pero no cesa el calor
Ni se interrumpe en el cielo
Del relámpago el fulgor.
Y cuando la deslumbrante
Y bochornosa mañana
Seca en los viales los charcales
Tras el nocturno chaparrón,
Miran ceñudos por efecto
Del interrumpido sueño
Los seculares y olorosos
Tilos aún sin florecer.