[MARCA: 20.20.19]
Los códigos de control se liberan. Tawren ve lo que sucede. Ve la secuencia digital cambiar repentinamente a través de la noosfera. «Control suspendido (fallo del motor). Control suspendido (fallo del motor). Control suspendido (fallo del motor). Control suspendido (fallo del motor)…»
Es como un momento de revelación de datos. Un profundo cambio en la secuencia de datos. Todos los valores alterados. Todas los comandos restablecidos.
No duda. Hesst no lo hubiera hecho. Teclea directamente el código asesino en el sistema repentinamente abierto y observa como elimina los valores numéricos contaminados de código corrupto del Octeto.
El código asesino es su avanzadilla. Sus pretorianos. Su escuadra de combate de Ultramarines. Su Ventanus. Ella lo sigue con sus códigos de autorización.
Toma el control. Selecciona el modo discrecional. Cientos de soluciones de fuego generadas automáticamente se muestran al instante. Las clasifica usando sutiles toques, formas codificadas y jerga binaria.
—¿Servidora? —Selaton se dirige a ella—. ¿Servidora?
Tawren no le hace caso y abre un enlace de comunicaciones.
—Servidora Tawren dirigiéndose a la XIII Legión de Ultramarines y a todas las unidades aliadas a sus órdenes. Prepárense para el impacto. Repito, prepárense para el impacto.