[MARCA: 0.45.17]
Ciudad Numinus está herida de muerte. Las luces actínicas centellean a lo largo del horizonte formado por sus edificios. Criol Fowst sabe que los bendecidos señores oscuros de la XVII ya están debilitando los intersticios de Calth. Están desplazándolo. Lo mueven entre sus garras del mismo modo que un ladrón tira y afloja una piedra preciosa para sacarla de su montura. La escarcha no deja de formarse y derretirse en las paredes y en los tejados de los edificios. Los incendios empiezan y se apagan sin razón alguna, y luego se reinician de forma espontánea. Fowst ha levantado la mirada dos veces y ha visto a través de la nube de humo constelaciones de estrellas que no pertenecen al cielo de Calth o al sistema Veridian. De hecho, son constelaciones que jamás ha visto en toda su vida, pero que le parecen tan familiares que hacen que tenga ganas de llorar de alegría.
Reúne a sus hombres. Los miembros del Ushmetar Kaul son luchadores dedicados. Ya han destrozado los campamentos del ejército situados a lo largo de la curva meridional del río y los han dejado envueltos en llamas. Han matado a miles. Fowst ha inspeccionado las pilas de cadáveres. Casi una división de soldados entró en el río en un intento desesperado de escapar, y fueron masacrados con disparos de cañón y de rifle. Sus cuerpos, los que no han sido arrastrados por la corriente, han formado numerosos pantalanes en la orilla, unas rampas de cadáveres que se adentran en la corriente llena de sangre.
Allá donde la hermandad encuentra resistencia, no titubea. Se dirigen sin dudarlo hacia los disparos enemigos y aceptan las bajas. Es un proceso de sacrificio gozoso que conduce a la victoria abrumadora. Algunos de sus hombres llevan explosivos atados al cuerpo y se entremezclan en las masas de enemigos que huyen para encontrar su ascensión.
La hermandad encontró en el campamento saqueado del 61.º de Numinus cajas de rifles, armas láser del nuevo tipo, el Illuminator, listas para ser repartidas. El Ushmetar Kaul se apropió de los rifles láser y se deshizo de las armas antiguas a favor de aquellas nuevas, más potentes. Fowst tiene una. Es resistente y ligera, sin prácticamente retroceso. Tiene una culata plegable que puede doblar para que ocupe menos espacio. Ya ha matado a seis enemigos con esa arma.
Es un individuo culto. Es consciente de la ironía.
Han llegado nuevas órdenes de la legión. Hay que asegurar el espaciopuerto, y luego los palacios de las llanuras.
Fowst se pregunta qué ocurrirá en el hemisferio sur del planeta, compuesto principalmente por océanos, y apenas habitado. Cree que esa zona está a punto de sufrir toda la furia que se merece. Un gran poder, tanto ritual como físico, se ha desencadenado hoy, pero para la misión que todavía tiene que realizar le hará falta mucho más que eso.