[MARCA: -0.18.20]

El anclaje Veridian Calth, el enorme muelle astillero, está envuelto en llamas y se muere. Está dañado más allá de cualquier posible salvación o estabilización, y su gigantesca estructura se inclina mientras se despedaza y destella de forma intermitente, como si fuera una estrella enana blanca que alguien hubiera colocado de repente en la órbita de Calth.

Es un fuego cargado de energía, de una energía nuclear, esférica e incandescente que no deja de palpitar. Las plataformas orbitales más cercanas se estremecen con la serie de ondas de choque expansivas que surgen de su hermana herida. Algunas de ellas ya han sufrido daños secundarios debido a los escombros que han salido despedidos de su superestructura o a los trozos de las naves que han explotado, y muestran zonas agujereadas o envueltas en llamas. A lo largo de la línea de anclaje hay naves de la flota que arden o están muy dañadas. De la parte inferior de la plataforma se siguen desprendiendo restos y escombros que se desploman hacia el planeta atrapados por su fuerza de gravedad.

Es el caos. El choque de las ondas electromagnéticas ha destrozado las redes de comunicación, y los pocos canales de voz y de imagen que quedan están abarrotados por el frenético intercambio de mensajes entre las distintas naves: «¿Qué es lo que ha pasado?». «¿Qué ha ocurrido?». «¡Que alguien me diga de inmediato qué ha sucedido!».

No hay información, no hay datos. Le han rajado la garganta al Mechanicum, le han cortado las cuerdas vocales, le han machacado el cráneo. Los únicos hechos ciertos son los disponibles para cualquiera que tenga ojos, o una portilla de observación o un pictógrafo que todavía funcione. Se ha perpetrado un acto de una violencia inimaginable. La órbita alta de anclaje de Calth se ha convertido en una tormenta de fuego. El número de muertos es elevadísimo. La herida que le han infligido a la flota y a la infraestructura de los muelles astilleros es increíble.

Se trata de un ataque. Sólo puede tratarse de un ataque. Un acto de guerra. Ningún accidente podría haber provocado semejante escala de daños. El sistema Veridian y las rutas de aproximación al mismo están protegidos mediante diseños muy escrupulosos de comprobación y de segunda comprobación, incluidos unos niveles máximos seguridad redundante. La magnitud de estos daños catastróficos ha necesitado de una voluntad maliciosa para conseguirse, una intención deliberada y hostil de sobrepasar el cordón de seguridad.

No ha sido un accidente. Ha sido un ataque.

Alguien, en algún lugar, que balbucea en una de las diferentes oleadas de comunicaciones sin filtro, pronuncia la palabra «orko» o «pielverde». El enemigo se ha enterado de la movilización en Veridian. Ha recibido un aviso de la amenaza que suponía la fuerza que se disponía a partir al ataque y se ha adelantado atacando primero.

A los diez o veinte segundos del primer impacto, las naves ancladas en órbita alta han comenzado a activar con desesperación los impulsores de energía y los sistemas de armas. Algunos acumulan energía con la esperanza de poder activar los escudos o incluso de prepararse para separarse de los puntos de anclaje autorizados para reposicionarse.

Entonces, una de las barcazas de combate abre fuego. Los Ultramarines saben que el nombre de la gigantesca nave de batalla es Raptorus Rex, pero la han rebautizado de un modo tan discreto como los Portadores de la Palabra han cambiado los colores de su armadura de combate. Ahora se llama Infidus Imperator.

La Infidus Imperator es la barcaza de combate de Kor Phaeron. Dispara con todas sus armas principales contra la barcaza de combate Hijos de Ultramar y la deja reducida a una nube de restos metálicos que se expanden en todas direcciones impulsados por una creciente bola de fuego.

La Infidus Imperator escoge a su siguiente objetivo, y a la poderosa nave le sigue en formación el Corona de Colchis, que también empieza a disparar. Lo mismo hace el acorazado Kamiel. Lo mismo hacen la Llama de Pureza y la Lanza de Sedros.

Y lo mismo hace la nave insignia del apóstol oscuro Erebus, la barcaza de combate Mano del Destino.