[MARCA: -0.18.30]

El estampido de un trueno. Así le suena a Hellock.

—¿Qué cojones ha sido…? —dice a cualquiera que esté cerca después de sacarse de los labios el último pitillo que ha encendido.

El soldado Rane está justo delante de él. De repente, se convierte en una silueta, lo mismo que las torres y los chapiteles de la ciudad que se encuentra al otro lado del río. Son unas formas negras recortadas contra un cielo que se ha vuelto blanco, como si fuera un amanecer excesivo, como una descarga brutal de rayos, tan brillante como esos relámpagos.

Hellock no sabe qué es lo que acaba de ocurrir, pero ya presiente que será la peor experiencia que va a vivir.

Se equivoca.