[MARCA: -111.05.32]

El sargento Hellock se ha apartado para fumar. Los soldados bajan el ritmo de trabajo. Les duelen los brazos.

Bale Rane es el más joven de todos. Es un completo novato, y hace una semana que terminó la instrucción acelerada después de su reclutamiento. Le han prometido vagamente que dispondrá de una hora para despedirse de su novia, con la que se comprometió hace seis semanas. Es incapaz de soportar la idea de no verla, empieza a sospechar que le hicieron una promesa falsa.

Neve se encuentra al otro lado del río, esperándolo en un muelle público, permanecerá hasta que la salude desde la barandilla del transbordador fluvial. Tampoco es capaza de soportar la idea de decepcionarla. Lo aguardará toda la noche con la esperanza de que simplemente es que llega tarde. Caerá la oscuridad. Los tubos de quemado de la refinería relucirán con reflejos amarillentos en las aguas negras del río. Pasará frío.

Esa idea le partirá el corazón.

—Súbete el cuello de la camisa —le dice Krank con una colleja. Es un hombre mayor que él, un veterano—. Trabajar bajo el sol te quemará —le advierte—. Ponte la gorra y súbete bien el cuello, aunque sudes. ¿No querrás quemarte por el sol, no? Fíate de lo que te digo. Eso es peor que un corazón roto.