PRESENTACIÓN

Para el fanzine LOCUS y para muchos aficionados a la ciencia ficción, 1989 fue «el año de Dan Simmons». Así se afirma en un insólito e inusual reportaje especial que el mencionado prozine dedicaba a este nuevo autor en febrero de 1990.

Pero ¿quién es Dan Simmons?, ¿quién es ese recién llegado al género se la ciencia ficción?

No abundan los datos sobre la persona de Simmons. Sabemos que ha sido profesor de literatura y redacción, así como director de programas de enseñanza para jóvenes superdotados. En 1982 ganó el primer concurso Rod Sterling Story Contest de relatos cortos, y la popular revista Twilight Zone le consideró el mejor escritor novel del año. Tres años más tarde llegó la confirmación: su primera novela. SONG OF KALI (1985, prevista en Ediciones B, Éxito Internacional), obtuvo el premio mundial de fantasía (World Fantasy Award).

Sin embargo, hubo que esperar hasta 1989 para que se produjera el definitivo salto a la fama de este sorprendente autor. Ese año, Simmons publicó tres nuevas novelas de temáticas y géneros diversos, todas ellas con gran éxito de crítica y muy apreciadas por el público lector.

Al margen de la ciencia ficción, FASES DE GRAVEDAD (Ediciones B, Éxito Internacional) es una novela contemporánea que narra la vida y los problemas psicológicos de un astronauta tras haber estado en la Luna. Siguiendo con la multiplicidad de géneros y temáticas que ya resulta habitual en Simmons, CARRION COMFORT (prevista en Ediciones B, Éxito Internacional) aborda con gran éxito y eficacia el tema de la novela de terror. Finalista del World Fantasy Award, obtuvo finalmente el Bram Stoker Award y el premio Locus.

La tercera novela de Dan Simmons publicada en 1989 fue la que hoy presentamos: HYPERION. La estructura de los Cuentos de Canterbury, de Chaucer; se reconstruye en clave de ciencia ficción con una novela brillante, claro homenaje al poeta inglés John Keats y a toda la literatura. La obra sorprendió gratamente, fue muy alabada por toda la crítica y cosechó un gran éxito entre el público. Obtuvo el premio Hugo de 1990 y también el premio Locus de ese mismo año.

La compleja trama de HYPERION finaliza admirablemente en LA CAÍDA DE HYPERION (1990, NOVA ciencia ficción, número 42) que, tras obtener el premio Locus de 1991, es también (cuando escribo en julio de 1991) clara candidata al premio Hugo, tras haber sido finalista destacada en la última edición de los Nébula. En una reciente entrevista, nuevo reportaje especial que le dedicó el fanzine LOCUS (mayo de 1991), Simmons anuncia que tal vez vuelva al universo de HYPERION con una nueva novela que llevaría por titulo ENDYMION y que todavía está por escribir.

La trama de la primera novela de esta brillante saga es, a un mismo tiempo, simple y de gran riqueza. En el mundo llamado Hyperion, más allá de la Red de la Hegemonía del Hombre; aguarda el Alcaudón (Shrike en inglés), una sorprendente y temible criatura a la que los miembros de la Iglesia de la Expiación Final veneran como Señor del Dolor. En vísperas del Armagedón y con el trasfondo de la posible guerra entre la Hegemonía, los enjambres éxter y las inteligencias artificiales del Tecno-Núcleo, siete peregrinos acuden a Hyperion para resucitar un antiguo rito religioso. Todos son portadores de esperanzas imposibles y, también, de terribles secretos.

Un diplomático, un sacerdote, un militar, un poeta, un profesor, una detective y un navegante entrecruzan sus vidas y sus destinos durante su peregrinaje en busca del Alcaudón y de las Tumbas de Tiempo, majestuosas e incomprensibles construcciones que albergan un secreto procedente del futuro. Sus historias personales componen una sugerente visión caleidoscópica de la compleja sociedad en la que viven y a la que, tal vez, puedan salvar. La aventura épica de HYPERION alcanza su clímax cuando los peregrinos se reúnen ante las Tumbas de Tiempo y éstas se abren para liberar el Alcaudón… pero de ello se ocupa la segunda novela, LA CAÍDA DE HYPERION, de la que ya tendremos oportunidad de hablar.

Construida, pues, al estilo de los famosos Cuentos de Canterbury y tomando la forma de un claro homenaje a John Keats y a toda la literatura, HYPERION es efectivamente, como ha dicho el Denver Post, «una maravillosa y original mezcla de temas y estilos».

El título de las novelas procede de dos poemas inacabados de John Keats: Hyperion (1818), revisado en 1819 como The Fall of Hyperion: A Dream; referencia literaria que no debe confundirse con la novela (también inacabada) del mismo título del germano Friedrich Hölderlin. De hecho, el homenaje a Keats no se reduce al título, y algunos de los nombres de los personajes corresponden a seres, reales o ficticios, que tuvieron relación con el poeta inglés: Fanny Brawne, Joseph Severn, Leigh Hunt, Gladstone, Lamia, etc.

Hyperion (Hiperión es la traducción habitual al castellano) es uno de los titanes de la mitología griega, hijo de Urano y Gea y padre de Helios, el dios del Sol. Uno de los temas posibles en los poemas de Keats es precisamente el de la posible sustitución de una raza de dioses por otra raza de dioses. En palabras del mismo Simmons: «Keats lo trató en términos de la mitología clásica y yo lo trato en términos de la ciencia ficción clásica». Ese es el tema central del segundo de los libros, LA CAÍDA DE HYPERION, donde el dilema se plantea entre los humanos y las inteligencias artificiales que ellos mismos han creado. Aunque de ello ya hablaremos en su día.

El comentario antes citado sobre la «maravillosa y original mezcla de temas y estilos» que forman HYPERION no es único. Un artículo de la australiana Janeen Webb, en Foundation (una prestigiosa revista académica sobre la literatura de ciencia ficción), lo expresa con mayor rotundidad y detalle al referirse a los dos libros de la saga:

Escritos con gran amplitud de miras, estos libros ofrecen un discurso sobre la escatología y la predestinación. Se dirigen directamente a los conocedores de la literatura […]. También están repletos de alusiones literarias que incluyen el Beowulf Chaucer, Dante, Marlowe, Shakespeare, Milton, Hawthorne, Eliot, Yeats, Durrell, Chandler y Hammett, y todo ello además de alusiones específicas a escritores de ciencia ficción como Gibson, Ballard, Farmer, Heinlein, Herbert, Niven, Delany… La lista es prácticamente interminable.

Y aunque pueda parecer exagerado, es cierto. En LA CAÍDA DE HYPERION Simmons muestra más claramente su propio estilo literario. Las historias narradas en HYPERION, por su parte, están escritas con registros distintos, en un curioso homenaje o parodia que compone una brillante y sorprendente amalgama. Bajo la estructura chauceriana de los Cuentos de Canterbury, cada una de las narraciones de los peregrinos tiene su propio estilo. La narración del cónsul sobre una historia de amor intergaláctica se basa en Romeo y Julieta; la narración de la detective utiliza el estilo tenso y las frases cortas tan característico de Dashiell Hammett; la historia de Silenus, el poeta, reconstruye el estilo de Lawrence Durell e incluso hace referencia al Balthazar de El cuarteto de Alejandría, etc.

Tal como señala Webb, otra riqueza de HYPERION es la singularidad de los siete peregrinos que parten a la busca del Alcaudón y el misterio de las Tumbas de Tiempo. En ellos hallamos un completo muestrario de ideologías y religiones: Lenar Holy es un sacerdote católico, Sol Weintraub es un filósofo judío, Fedmahn Kassad es un soldado de origen islámico, Martin Silenus es un poeta pagano, Het Masteen es un templario conservacionista (una religión que, como hace notar Webb, podría derivarse de los escritos del americano John Muir), el cónsul es un ateo y la detective Brawne Lamia podría ser considerada una agnóstica romántica. Un muestrario completo de diversas religiones e ideologías.

Y en el centro de todo, está el Alcaudón, ese deux ex machina que centra y polariza la historia, y actúa, junto a las misteriosas Tumbas de Tiempo, como agente de predestinación en feliz expresión de la ya exageradamente citada Janeen Webb.

Todas las referencias un tanto eruditas tan sólo muestran el creciente interés del mundo académico por la riqueza temática y estilística de la buena ciencia ficción, de la que HYPERION es un título imprescindible.

No obstante, el hecho de que la novela haya sido muy apreciada por los eruditos no la aleja, en absoluto, de la gran mayoría del público lector. Al margen de la brillante valoración académica y estilística de HYPERION, para la totalidad de sus lectores resulta una novela de gran amenidad, emotiva e interesantísima, dotada, además, de una gran capacidad de sugerencia. Sus personajes, entrañables, conectan sus historias con el destino y las preocupaciones de la propia Humanidad y nos hacen sufrir con ellos. La religión, la política, el arte y la milicia son elementos imprescindibles en el fresco que compone Simmons en la presente saga que encuentra, en ésta su primera parte, su punto focal en la vida, la muerte y la resurrección.

Para finalizar, unas precisiones en cuanto a la terminología de la traducción. Supongo que Shrike es una palabra tan poco usual en inglés como Alcaudón en castellano. Para mí, ambas eran desconocidas antes de leer a Simmons. En ambos casos se trata de un pájaro carnívoro que se empleó como ave de cetrería. Espero que ambas transmitan esa sensación de poder y, tal vez, de maldad o frialdad que uno asocia a tales animales.

Otra decisión difícil que hemos debido tomar ha sido la de traducir o no el título de la obra, que da nombre al planeta eje de la trama de las dos novelas. El traductor optó por «Hiperión», utilizando el nombre castellano del titán al que se refería el poema original de Keats, pero yo he preferido respetar el original inglés. En las novelas, Hyperion es el nombre de un planeta y he preferido mantener nuestra costumbre de respetar los patronímicos en el idioma original. Cierto es que el original remoto de Hyperion podría ser griego, pero, en el contexto de la novela, creo que las referencias al planeta y al mismo John Keats (que escribía en inglés) avalan la opción que he tomado. En cualquier caso, la diferencia del acento tónico entre Hyperion e Hiperión, me hacían casi imposible imaginar el planeta con el nombre de Hiperión.

Y nada más. Tan sólo repetir que estoy convencido de que HYPERION es una de esas obras excepcionales que surgen sólo muy de vez en cuando. Una de esas novelas que contribuyen eficazmente a aumentar el prestigio y el reconocimiento de un género como la ciencia ficción. En mis ratos de mayor optimismo, se me ocurre pensar que esta obra de Dan Simmons pueda aportar a la ciencia ficción algo parecido al reconocimiento que supuso para el género una obra como las Crónicas marcianas de Ray Bradbury. Hay en ella suficiente calidad literaria y capacidad de sugerencia para lograrlo y, además, HYPERION dispone también de una gran riqueza temática claramente extraída de lo mejor del gran acervo de la ciencia ficción.

Aunque pueda parecer un tópico, me siento verdaderamente orgulloso de que se haya publicado en esta colección.

MIQUEL BARCELÓ