Al investigar las características básicas de la forma cinematográfica llegamos a las concepciones de espacio, imagen y sonido, medios de expresión, ampliación y composición, la escena con sus componentes de espacio, tiempo y lapso entre escenas, selección de la información y división del conocimiento.
La enumeración de estos factores es suficiente para probar que el cine es una forma nueva y original de narrar, tan distinta de las otras como la ópera lo es del cuento o la obra teatral de la novela. Por lo tanto debemos dejar de considerar a esta nueva forma una ligera variación respecto de las formas existentes para narrar. En lugar de cargarla con reglas y prejuicios de las otras artes debemos concederle vida y forma independientes. Para destacar más aún este punto puede ser conveniente comparar las características físicas de las tres formas principales de narrar.
A veces sus semejanzas son sobreestimadas, entonces se exageran sus diferencias. Hay un escaso número de escritores que están familiarizados con cada uno de estos tres medios. La preferencia de un escritor por una forma particular no da necesariamente como resultado su mayor experiencia en el manejo de uno u otro medio. También está determinada por su temperamento, que puede preferir una forma específica.
La tabla que damos más adelante facilita una clara evaluación de las diferencias entre las tres formas. Aunque esta tabla sólo tiene en cuenta las características físicas se debe tener en cuenta que también determina las diferencias vitales entre las estructuras dramáticas de la novela, el teatro y el cine.
Si balanceamos los hallazgos de esta tabla se hace claro que la forma de la novela es más bien informe, permitiéndole gran libertad al autor, mientras que el teatro es muy limitado, sujetando al dramaturgo a una estructura rígida. En cuanto al cine, la tabla parece indicar que es un hijo de la novela y el teatro, incorporando algunas de las características de ambos y en algunos casos creando otras nuevas.
Al igual que la novela, el cine tiene libertad de tiempo y espacio. Al igual que el teatro, tiene la longitud de representación definida, la explicitación de los hechos, la falta de expresión de los pensamientos de los personajes y del autor, la falta de frases explicativas, descriptivas y de conexión. Como en el teatro, el espectador puede entender el relato de una vez.
Entre las nuevas características, peculiares del cine, reconocemos que sus fuentes de información difieren de las que poseen la novela y el teatro; el cine tiene un mayor número de escenas que la obra teatral, pero menor —o al menos mucho más limitado— que las posibilidades de la novela; el problema de la selección de información; las decisiones con respecto a la ampliación; el empleo del período de tiempo entre escenas.