Una nación es un país al que los militares llaman Patria.
A todos los que perdieron la vida, incitados por un loco ambicioso y fanático, que sólo soñaba con colgarse condecoraciones y que intentaba convencerles con la falsa idea de que con el poder y las armas se puede defender lo indefendible.
A los que pasan sus años jóvenes en una prisión engañados por sus líderes que con el argumento de la lucha por una causa los envían a hacer lo que ellos, por cobardía, no se atrevían a llevar a cabo.
A aquellos amigos o enemigos que se fueron, incluidos los indiferentes, convencido de que algo nos dejaron a los que nos quedamos.
A los que no han tenido nada que ver con nuestra vida, pero sin querer han sido parte de nuestra historia. A los admirados y a los que ni fu ni fa.
Con esta dedicatoria intento recordar que la vida sólo resulta útil cuando aporta algo positivo para los que quedamos y para los que irán viniendo cuando nosotros nos vayamos. Estoy convencido de que los que se van siguen estando, porque han dejado en nuestra memoria su imagen, sus experiencias, sus sufrimientos, sus alegrías, su olor y sus palabras.
Para todos ellos este Encuentros en el Más Allá.