Sobre la raza de Tereza Batista, amigo mío, no puedo decirle nada. Hay sabios por ahí, letrados de facultad, gente con becas de estudio que entiende de esos asuntos, con ciencia y audacia averiguan de los abuelos de uno, y obtienen resultados positivos, no sé si exactos, pero sí favorables para los nietos. Hasta conozco un copetudo que se presenta como descendiente de Ogum[45], imagínese qué investigador más formidable le averiguó la familia, seguramente fue él mismo y con mucha gallardía, pues no se debe confiar a ajenos fundamentos tan delicados.
Como usted sabe, conciudadano, aquí se mezclan todas las razas y forman la raza brasileña. Un rasgo de la cara, una manera de mover el cuerpo, o de mirar o de ser y quien tiene ojo y conoce de esas cosas descubre en seguida un rastro que le revela el parentesco más remoto o la mezcla que se hizo. Usted se fija y cualquiera es primo de Ogum, aunque sea bastardo, porque según se cuenta, tanto Ogum como Oxossi[46] frecuentaban, para iniciarlas, a unas filhas-de-santo en la Barroquinha. Si le parece mentira, averígüelo con el pintor Carybé, que es el que difunde esas historias fantasmales y pone adelante a Oxossi, como es justo y cierto hacerlo.
Volviendo a Tereza Batista, ya que el amigo se interesa tanto, se dicen muchas cosas de ella y hay un desacuerdo completo. Opiniones diferentes, discusiones que se prolongan al calor de la cachaça o por el simple placer de hablar. Hubo quienes la tomaron por malê[47] muçurumim y haussá. Otros la consideran gitana, leedora de manos, ladrona de caballos y de niños pequeños, con aros de monedas en las orejas y pulseras de oro, bailando. Para otros es de Cabo-Verde, por sus rasgos de india y esa reserva que tiene cuando menos se espera, y por los negros cabellos. Nagô, angola, gege, ijerá, cabinda[48], por su esbeltez, congolesa. ¿De dónde puede haber venido su sangre de cobre a mezclarse con tantas otras sangres? Con la raza portuguesa se mezcló, aquí toaos se mezclaron. ¿No me ve negro? Pues, sepa que el primero que se acostó con mi abuela fue un militar portugués.
Por allá dan por seguro que entre las amistades de Miquelina, la bisabuela de Tereza, había un vendedor ambulante. Y cuando le digo vendedor ambulante le estoy diciendo árabe, sirio o libanés, que en el decir general de la gente es turco. Por el lugar del sertón donde nació Tereza pasa la frontera, por eso es difícil saber quién es de Bahia y quién es de Sergipe, cuanto más si el vendedor ambulante se asomó a los pechos de la apetitosa campesina. Hasta donde alcanza la memoria, las mujeres de la familia eran de llenar los ojos y levantar la porra, y se fueron hermoseando hasta llegar a Tereza, aunque hay quien dice también que Tereza es fea y deforme y que cautiva a los hombres por medio de hechizos, o porque es muy apetitosa y conocedora de asuntos de alcoba, y no por ser bonita. Vea, caro amigo, cuántas contradicciones. Y después quieren que uno crea en los testimonios y en los documentos de la historia.
No hace mucho tiempo estaba yo muy contento comiendo unos beijus[49] mojados en mi casa, cuando un cuentista empezó a decirles a unos señores paulistas y a una paulistita rosadita, un bocado para boca de hombre rico, toda sonriente, ¡ah! ¡si yo no fuera casado!… Como le iba diciendo antes de que me liara la mimosa flor de São Paulo, el fantasioso ése, queriendo hacerse el interesante con los turistas afirmaba que Tereza era rubia, blanca y gordita, de la verdadera sólo quedaba la valentía, y esto para demostrar su machismo y nada más, porque contó que una vez le hizo bajar los humos con un solo grito y poniendo cara seria, una vez que ella estaba haciendo un escándalo. Aquí, en el Mercado Modelo, estimado amigo, se oye cada cosa, que habría que pegarlas en las paredes para que todo el mundo se riera.
Si yo fuera usted dejaría de lado el asunto ése de la raza. ¿Qué importa saber si por las venas de Tereza corre sangre malê o de Angola, o si un árabe tuvo que ver, o si fueron los gitanos? Un conocido de allá me contó que una tal Magda Moraes, en declaración ante la policía, confirmada por sus hermanas, calificó a Tereza de negrita de raza ruin. Qué barbaridad. De rubia a negrita, de hermosa sin igual a fea y deforme. En estos patios del Mercado, Tereza anda de boca en boca. Yo oigo y callo. ¿Acaso el que sabe de ella más que yo no me llama compadre?
Sobre la raza de Tereza no puedo decirle nada más, no me consta ni que fuese la misma Yansã, mabaça[50] o prima podría ser por eso de los parentescos con Ogum. Cuando su misma raza, doctor, sin ir más lejos ni faltar a la verdad, muestra la mixtura principal, debajo de la blancura se escucha un ronco rumor de timbales, este lord es de la raza de los mulatos claros, llamada también de los blancos de Bahia, raza de primera, se lo digo yo, Camafeu de Oxossi, obá[51] de Xangô, establecido en el Mercado Modelo, con la Barraca San Jorge, en la ciudad de Bahia, ombligo del mundo.