Fue ésta la Gran Batalla de Invierno, la que abatió el reino del Tirano. Sin embargo, el gran despliegue efectuado para la ocasión habría resultado del todo inútil si previamente Nihal no hubiese procedido a anular la magia del Tirano. De hecho, las fuerzas del Tirano eran superiores y habían sido creadas por intervención de la Magia Prohibida. Por eso Nihal recurrió a una olvidada magia élfica. Efectivamente, en las Ocho Tierras del Mundo Emergido residen ocho espíritus primigenios que son objeto de adoración por parte de los elfos, cada uno de los cuales custodia una piedra dotada de poderes místicos especiales. La unión de las Ocho Piedras, contenidas en el famoso Medallón que Nihal lleva siempre consigo desde el día de la victoria, permite anular cualquier magia poniéndola al servicio de aquel que evoca los espíritus.

Un poder extraordinario, en efecto, pero que ya no está en manos de los nuestros. A decir verdad, Nihal, el Último Semielfo del Mundo Emergido, ha agotado por completo el poder del Medallón, que ahora, en definitiva, ya no es más que un simple ornamento.

Así desapareció el último simulacro de la magia élfica del Mundo Emergido.

CONSEJERA LEONA

LA CAÍDA DEL TIRANO,

LIBRO XI