Mil gracias, como siempre, a mi editor Michael Korda y a su socio Chuco Adams, maravillosos amigos y excelentes consejeros.
Mi bendición a Rebecca Head, Carol Bowie y a la correctora Gypsy da Silva que, otra vez, se ha quemado las pestañas con mi original.
También le estoy muy agradecida a mi amiga y agente publicitaria Lisl Cade, cuyos consejos y amistad tanto valoro. También doy las gracias a mi agente literario, Eugene Winick, que siempre me apoya incondicionalmente.
Un aplauso para mi hija Carol Higgins Clark por sus comentarios siempre tan agudos a medida que se desarrolla la novela.
Por último, gracias, a él, John Conheeney, mi marido, y a toda mi familia por el apoyo y la comprensión.
Os quiero.