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—Soy la doctora Susan Chandler. Doy las gracias a nuestro invitado, el doctor Donald Richards, y a todos ustedes por acompañarnos en el programa de hoy.

Se apagó la luz roja que indicaba que estaban en el aire y Susan se quitó los auriculares.

—Bueno, ya está —dijo.

Jed Geany, el jefe de producción, entró en el estudio.

—¿Crees que esa mujer decía la verdad, Susan?

—Sí, y espero que no haya cambiado de idea y venga a verme..

Donald Richards salió del estudio con Susan y la acompañó mientras ella esperaba un taxi.

—Creo que las probabilidades de que Karen vaya a verla son menos de un cincuenta por ciento —le dijo con tono vacilante—. Pero si lo hace, me gustaría saber qué le ha contado. Quizá pueda ayudar.

Susan no comprendía por qué sintió un resentimiento inmediato.

—Veamos que pasa —respondió sin comprometerse.

—Lo que significa «no te metas» —replicó Richards en voz baja—. Espero que aparezca. Aquí está su taxi.