¿Por qué empleamos la frase «época de la canícula»?

Los días caniculares cubren el período más cálido del verano, desde el 3 de julio al 11 de agosto, cuando él tiempo es bochornoso y el aire sofocante. A la gente le intriga a veces la conexión entre la época de los grandes calores y los canes. Esto no es de extrañar porque la conexión es muy oscura. Se remonta a la época de Roma, cuando se creía que Sirio, la Estrella Can, añadía su calor al del Sol durante este período, creando unas temperaturas excepcionalmente altas. A este período del año le llamaron días caniculares, días de canícula, caniculares o del perro. Aunque constituye un desatino sugerir que Sirio puede añadir calor al del Sol veraniego, puesto que se halla quinientas cuarenta mil veces más lejos que el Sol, los romanos conjeturaron, por lo menos, algo acerca de su temperatura. En la actualidad sabemos que es de unos diez mil grados, lo cual constituye, aproximadamente, el doble de la que existe en el Sol.

Dado que la gente ignoraba este antiguo origen del término «época de la canícula», dieron por supuesto que se refería a la época del año en que el calor resultaba tan opresivo que enloquecía a los canes, y les hacía correr frenéticos de acá para allá. De todos modos, algunos perros sí que deben sufrir calor, sobre todo en la región mediterránea, pero su asociación con el término sólo fue una mera ocurrencia tardía.