La pródiga

Yo te escogí entre todas las mujeres

para que repitieras

sobre la tierra

mi corazón que baila con espigas

o lucha sin cuartel cuando hace falta.

Yo te pregunto, dónde está mi hijo?

No me esperaba en ti, reconociéndome,

Y diciéndome: «Llámame para salir sobre la tierra

Y continuar tus luchas y tus cantos?».

Devuélveme a mi hijo!

Lo has olvidado en las puertas

del placer, oh pródiga enemiga,

has olvidado que viniste a esta cita,

la más profunda, aquella

en que los dos, unidos, seguiremos hablando por su boca, amor mío,

ay, todo aquello que no alcanzamos a decirnos?

Cuando yo te levanto en una ola

de fuego y sangre, y se duplica

la vida entre nosotros, acuérdate,

que alguien nos llama

como nadie jamás nos ha llamado

y que no respondemos

y nos quedamos solos y cobardes

ante la vida que negamos.

Pródiga,

abre las puertas,

y que en tu corazón

el nudo ciego

se desenlace y vuele

con tu sangre y la mía

por el mundo!