El alfarero

Todo tu cuerpo tiene

copa o dulzura destinada a mi.

Cuando subo la mano

encuentro en cada sitio una paloma

que me buscaba, como

si te hubieran, amor, hecho de arcilla

para mis propias manos de alfarero.

Tus rodillas, tus senos,

tu cintura faltan en mi como en el hueco

de una tierra sedienta

de la que desprendieron

una forma,

y juntos

somos completos como un solo río,

como una sola arena.