Agradecimientos
Probablemente este libro acabará convirtiéndose en el más querido de cuantos he escrito o, por el contrario, en el más odiado. Lo escribí en un período extraño, que osciló entre grandes exaltaciones y momentos oscuros. Tuve que luchar para terminarlo, arrancándole dos o tres horas a cada jornada para poder dedicarlas a mi historia. Lo escribí en todas partes: desde la cama de mi casa y los numerosos trenes que tomo casi todos los fines de semana, hasta en el avión que me llevaba, sola por primera vez, a una entrevista de trabajo.
Esta trilogía ha sido, de algún modo, una aventura nueva y desconocida, mi primer trabajo como escritora «profesional», y me ha acompañado en un momento importante de mi vida. Cuando escribí la primera palabra de La Secta de los Asesinos aún no tenía un trabajo como astrofísica y vivía en casa de mis padres. Mis dedos han tecleado la última palabra de Un nuevo reino en el balcón de mi casa, donde vivo con mi marido.
Ha sido un viaje largo y difícil, una nueva etapa de mi recorrido, espero que no la última en mi carrera de escritora, y si he llegado hasta el final ha sido porque he tenido a muchas personas a mi alrededor que han sido mi fuerza.
Quisiera dar las gracias ante todo y una vez más a mis padres, a quienes dedico este libro. Me han enseñado mucho durante estos años y siempre me han animado, soportado y consolado. Sin duda nuestra relación ha cambiado desde que me fui a vivir sola, pero el afecto que nos une sigue siendo el mismo, si no más fuerte.
Y también a Sandrone Dazieri, que ha llevado la batuta en esta aventura cuyo final espero no llegue jamás. Gracias por sus consejos e ideas siempre valiosos, por las largas conversaciones y por la paciencia que ha demostrado, sobre todo en el último período, con mis ansiedades y mis preocupaciones.
Gracias asimismo a Fiammetta Giorgi y a Massimo Turchetta; saber que creen en mí, y que siempre están ahí, es muy importante.
Gracias a Paolo Barbieri y a sus fantásticos dibujos. Cada vez estoy impaciente por ver qué ha inventado para la cubierta del nuevo libro, y cada vez me quedo tan admirada como el primer día. Siempre resulta muy hermoso ver representados sobre el papel a mis personajes con tanta precisión y también con tanto amor.
Gracias a Andrea Cotti y a Barbara di Mico, que han compartido conmigo toda la aventura. Gracias por su paciencia y su excelente trabajo: me he sentido realmente bien con vosotras. Y ahora sólo nos queda tomar ese aperitivo tan deseado con el que soñábamos en los momentos más convulsos.
Gracias a Melissa y a los chicos de Lands @ Dragons, el foro oficial dedicado a mis libros; sus observaciones sobre lo que escribo, sus demostraciones de afecto y su simpatía me han ayudado en los momentos más duros del trabajo. Gracias a los asiduos de mi blog, que han tenido que tragarse una serie alucinante de disquisiciones a cuál más delirante sobre mi trabajo y mi vida. Gracias por su paciencia y sus sagaces observaciones. Hemos mantenido unas discusiones formidables, ¿verdad que sí? Gracias también a Laura Gargiulo, la webmaster de mi sitio. El suyo ha sido un fantástico regalo; nuestra aventura acaba de comenzar, pero estoy segura de que haremos grandes cosas juntas.
Gracias a mis amigos que, como es habitual, me rodean de afecto. Aún estoy acostumbrándome a la idea de haber sido tan afortunada de haberlos encontrado. Si alguna vez me considero una persona especial es porque me siento querida por ellos.
Gracias a las Musas (Muse) por su música: no es por casualidad que cada libro empiece con una cita extraída de uno de sus pasajes. Constituyen la banda sonora de mi mundo interior, y por tanto de este libro. Hay una canción para cada personaje que me ha estado rondando por la cabeza mientras escribía. Espero que nunca dejen de emocionarme y de inspirarme.
Y, finalmente, gracias a Giuliano, que ya es mi marido. Sé que no es fácil estar con una persona como yo, y por eso sé que he sido muy afortunada al encontrarlo. De él puede decirse lo que Dubhe dice de Learco: sin él yo no existo.
LICIA TROISI