Learco ha sido presentado ante el pueblo. Su padre lo ha alzado por encima de la multitud y ha estallado un grito unánime de júbilo.

Creí que, más allá de cualquier otra consideración, este hijo la ayudaría a hallar una nueva razón para vivir. Ciertamente, es el fruto de una violación, pero, con todo, es carne de su carne. Me equivocaba: Sulana rechaza a su hijo. No quiere verlo, y menos aún amamantarlo.

Comprendo que la herida causada por la muerte del primer Learco le resulte incurable. Era un niño adorable… Los dioses le reservaron la peor de las suertes, la muerte por fiebre roja… No se debería sobrevivir a un hijo, jamás.

Esta noche, sin embargo, no puedo dejar de pensar en este nuevo niño. Nacido de padres que se odian, rechazado por su madre. ¿Qué futuro le espera?

Nuevas sombras, cada vez más densas, se extienden sobre este reino. Maldito seas Dohor. Hagas lo que hagas, siempre llevas la muerte contigo.

DEL DIARIO PRIVADO DE SIBILLA,

DAMA DE COMPAÑÍA

DE LA REINA SULANA