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Dechan contempló a Maeve exhibiendo su victoria. Sus tropas la vitoreaban a través de la frecuencia abierta. En las frecuencias de Gamma se oían exclamaciones de ira, frustración y confusión. Un oficial llamaba de forma insistente a su unidad para que se retirase, diciendo que la batalla había terminado.
El Caesar de Carter se colocó al lado del Black Knight de Dechan.
—Bueno, ¿ha sido esto lo bastante decisivo para usted?
—Aún no.
Dechan vio, más allá del Thunderbolt, los restos de la Estrella de mando de Alpin que cambiaban de posición. El Mad Cat de Parella avanzó hacia el lugar donde se había celebrado el duelo. A los pocos minutos, el T-bolt estaría dentro del radio de sus misiles de largo alcance. Las chispas danzaban alrededor de los cañones de los CPP totalmente cargados que llevaba el Mad Caten sus gruesos antebrazos.
Cuando el duelo había terminado, Maeve se encontraba a tanta distancia de sus propias tropas que no habrían podido ayudarla contra los Omnis que se acercaban hasta después de diez minutos como mínimo. El batallón Kappa se encontraba más cerca; podían llegar junto a ella tan rápido como los Omnis. Si ella caía, la resistencia rebelde se derrumbaría.
Dechan aceleró el Black Knight y bajó por la ladera hacia el Thunderbolt.
—Dé la orden, mayor Carter —dijo a través del micrófono.
Con una mano, tecleó unas últimas correcciones en el ordenador de batalla, mientras con la otra ajustaba las frecuencias de comunicaciones. La agitada carrera del Knight le hizo escribir mal varios códigos al primer intento, pero siguió pulsando teclas hasta marcar las claves correctas.
Detrás de él, los ’Mechs del batallón Kappa comenzaron a moverse.
El torso del Thunderbolt giró hasta colocarse frente a Kappa y se quedó quieto por unos momentos. Si el ’Mech hubiera sido un soldado humano, Dechan habría dicho que estaba perplejo al ver acercarse aquella nueva amenaza. Sin embargo, su piloto no era un novato. Lo más probable era que estuviese evaluando su situación y valorando lo lejos que se encontraba de los demás ’Mechs de su grupo de combate. La estructura superior del T-bolt se inclinó al bajar el brazo que sostenía el cuerpo inerte de Alpin, que cayó de la mano mecánica hasta el suelo, junto al Thor destrozado. Entonces, el Thunderbolt se agachó.
Dechan perdió de vista la Lanza de Mando de Gamma al llegar a la falda de la colina; ya no tenía la ventaja de la altura para ver sobre los edificios. Calculó que no pasaría más de un minuto hasta que dejarán los límites exteriores de las estructuras y encontrasen terreno despejado para disparar contra el Thunderbolt. Parella no aceptaría ningún desafío; acabaría con Maeve con la potencia de fuego combinada que él y sus compañías pudiesen disparar.
Pero Dechan había llegado primero.
El tono oscilante del buscador de frecuencias se convirtió en una sola nota afinada.
—Vienen otros —transmitió—. Corra, si puede.
El Thunderbolt giró a la izquierda y se colocó ligeramente detrás del Thor caído. Apenas podía estar a cubierto allí. Dechan meneó la cabeza, o lo habría hecho si hubiera tenido espacio para ello en el neurocasco.
Entonces apareció el Mad Cat de Parella, acompañado de un Thor.
Dechan abrió fuego. Los láseres McCorkel gemelos del torso del Knight arrojaron sus haces de forma coordinada y letal, junto con el rayo artificial del CPP Magna HellStar montado sobre un pivote en el brazo derecho. Él calor invadió la carlinga, evaporando de forma inmediata el sudor que cubría los brazos y las piernas de Dechan. Las bombas que hacían fluir el líquido refrigerante por su chaleco gimieron al hacerlas funcionar a máxima potencia. Era peligroso disparar al mismo tiempo todo el armamento pesado del Knight, pero no había tiempo para sutilezas.
Las tres armas acertaron en el Mad Cat.
El disparo del cañón Gauss del Caesar de Carter pasó de largo del Mad Cat e impactó en el brazo derecho del Thor. El blindaje se resquebrajó y el brazo quedó colgando inerte. El disparo del CPP de Carter pasó a un lado sin causar ningún daño.
Dechan viró a la derecha, alejándose del Thunderbolt, para eludir la respuesta del Mad Cat. Casi lo consiguió. Dos rayos de partículas le alcanzaron y corroyeron el blindaje del costado izquierdo del Knight. No lograron abrir brecha, pero Dechan no podía permitirse otro impacto en esa zona.
Los ’Mechs más adelantados de Kappa abrieron fuego sobre el resto de la Estrella de Mando en cuanto estuvo a la vista. El Thor, que tenía desperfectos y había estado al descubierto más tiempo, sufrió unos daños que lo dejaron paralizado. El Mad Cat también recibió muchos disparos, pero Parella era un piloto excelente. Mantuvo el ’Mech de pie a pesar de las terribles andanadas que lo sacudieron. Parella tampoco era estúpido; sabía cuándo no tenía esperanzas de ganar un combate. El Mad Cat fue a ponerse a cubierto mientras ordenaba a gritos a su Estrella que se retirase.
—Seguid atacando —apremió Carter al batallón.
Dechan hizo varios disparos más contra los ’Mechs de Beta que se retiraban, pero no se unió a la persecución. Había ’Mechs más que suficientes para encargarse de Parella y cualquier defensa improvisada que pudiera preparar. Las frecuencias de Beta eran un caos; no estarían organizadas en un buen rato. El cambio de bando de Kappa había sido mortal para el plan de batalla. Dechan se concentró en el Thunderbolt, que estaba de pie y se había vuelto hacia él.
—¿Se encuentra bien? —le preguntó a través de la frecuencia táctica del grupo de combate.
—Lo bastante —contestó ella—. Usted sabe cómo hacer una aparición espectacular, mi desconocido amigo.
—Soy Dechan Fraser.
—¿Fraser?
—En efecto. —Dechan no sabía si echarse a reír o a llorar al oír el tono de total confusión de su voz—. ¿No dirige un grupo de combate o algo así?
—Creía que no quería involucrarse.
—Y así era.
—Entonces, ¿por qué?
Eso era lo que se había estado preguntando él mismo.
—Si lo descubro, tal vez se lo cuente.
Los ruidos del combate de BattleMechs sonaban cada vez más débiles a medida que se alejaban los contendientes.
—Me ha salvado la vida.
—En el Condominio, eso me haría responsable de usted.
—No lo sé, pero acaba de convertirse en responsable de muchas cosas. Espero que obtenga una buena recompensa.
No sabía qué quería decir. Lo único de lo que Dechan estaba seguro era de que quería volver a ver a Jenette. Pero eso no ocurriría hasta que terminase la batalla. Se centró de nuevo en la conversación y dijo:
—Reúna a su gente. Tenemos trabajo.
—Los chaqueteros no son aliados muy fiables.
—Tampoco los espías. A veces, has de conformarte con lo que tienes si quieres vencer. ¿Quiere que la ayude o no?
—Como acaba de decir, a veces has de conformarte con lo que tienes.