Han ido bien los ensayos del sistema nervioso descentralizado. Es la más reciente realización tecnológica, y pienso que uno de los últimos estertores de esta civilización. Ha ido bien…
La alimentación directa de anticuerpos ha sido un éxito total. En realidad, los isótopos proceden del mismo conjunto subcrítico de siempre, pero esta vez están controlados directamente, sin interfaces ni conversores, lo cual proporciona una extraordinaria rapidez de respuesta. Es abrumador…
Empiezo a temer que dentro de unos años tengan a punto los equipos para intervenir en mis células pensantes y «lean» mis pensamientos, cosa que todavía no han conseguido… Han repetido asaltos incansables y obstinados, que han constituido mi mayor sufrimiento estos últimos años. Tienen una verdadera fiebre por conocer, por tomar la fortaleza de mi pensamiento, y que es, desde hace dos siglos, mi último reducto.
En efecto: temen que pueda autodestruirme por el pensamiento. Me costaba creerlo, pero he de terminar concluyendo que así es, no me queda otro remedio. Por lo visto nunca han creído en mi sinceridad de ayudarles. Pobres diablos… Su ansia de conocer ha llegado a la paranoia. Nunca me han considerado más que un extraño, un monstruo que ha de seguir encerrado en su jaula… Afortunadamente, me acabo de dar cuenta… ¿Ni siquiera Raaginen? ¡Oh, no! Raaginen era diferente. Hay que ser justo ante todo. ¿Qué habrá sido de mi amigo? Habrá muerto ya… ¡Santo Dios, qué inutilidad todo esto! Es algo muy superior a ellos y a mí, y no podemos hacer nada. Tendré que resignarme a ser un puro muñeco espectador de todos cuantos gentiles experimentos tengan que realizar sobre mí… Este sufrimiento no es ni físico ni sensorial, sino cósmico… Estar en posición por primera vez en la historia de la humanidad para transmitir… y no ser comprendido.
¡Es absolutamente preciso morir! Imprescindible morir o como quiera llamarse…
¡No lo consigo! ¡No puedo morir! Fatiga… Cada vez me cuesta más mantenerme despierto, y los esfuerzos mentales me agotan más rápidamente. Eso es peligroso, ya que el reposo viene a restaurar el equilibrio que pretendo destruir. Sería necesario poder pensar ininterrumpidamente y evitar el sueño. Sería el sueño sin sueño, sin pesadillas perturbadoras…
Hoy hace más de tres siglos que se dejó de conmemorar el día de la república, el día de la revolución, de la libertad… Libertad…
¿Qué ha sido eso? Ya pasó. Ha sido una punzada terrible, aquí, en la base del cerebelo… Unos segundos nada más, pero seguro que abajo se ha detectado…
Veo que no sube nadie, pensarán que sólo es una interferencia. El ritmo se habrá restituido. No me hubiera gustado nada dar explicaciones.
Hoy hace tres siglos que nadie agita las banderas y los claveles… Otra vez… Parece que… ¡Los claveles rojos de la revolución!
Ya ha pasado… Estoy… ¡Estoy dando con la espoleta! Sí, eso es… No sé si emocionarme o echarme a reír; hace años que no lo hago. Ya lo tengo. ¿Qué debe de estar ocurriendo? Vamos a ver: he tratado de enfrentarme a mi yo antagónico, negarme a construir una imagen falsa de mí, llegar a una contradicción trascendental autoprovocada, y eso no ha servido; mientras que una simple palabra, un simple recuerdo, sin duda cargado de sentido… ¡Libertad! ¡Revolución! ¡Viva la anarquía!
¡Demonios! Esta vez ha sido muy largo. Ya deben de haber avisado al analista. Sin duda están pensando en una anomalía operativa, porque no sube nadie. Habrán empezado ya a revisar los circuitos periféricos raquiales, los sensores del acto reflejo… He de actuar rápido, he de ganarles en tiempo.
Libertad significa contradicción respecto de la imposibilidad de morir… La imposibilidad de morir significa contradicción con el concepto de existencia.
Estoy convencido de que la tecnología avanza hacia la perfección en preservar la inmortalidad, de quien ha sido dotado por fuerzas superiores de la naturaleza de una capacidad de perpetuación, gracias al fenómeno que esta civilización domina tanto: la reproducción celular por perturbación radiactiva.
Ese alguien soy yo… Preservado de morir, indefinidamente, gracias a haberme eliminado la facultad de autodeterminación y el concepto de libertad…
He de soportar esos dolores… Seguir adelante, pues no van a durar mucho. Se estarán volviendo locos allá abajo… Adelante… Libertad significa ausencia de gobierno exterior a mí. Nada coacciona mi autodeterminación, nada más que mi propia conciencia y mi propia contradicción… Que es el proceso que me mantiene vivo, pensante. Es la duda la que me hace vivir. Pero la duda ha dejado de existir; se ha eliminado. La contradicción es estática, y seguirá siéndolo indefinidamente, sin dirección a mis pensamientos…
Un poco más… Seguirá indefinidamente porque cuando desaparezcan las actuales generaciones, sus sucesores seguirán empeñados en mantener mi inmovilidad, ganando terreno progresivamente a mis pensamientos, controlándolos totalmente y dirigiéndolos según sus necesidades…
No podré morir… Imposibilidad de morir… Imposible libertad…
Tiempo indefinido… Ausencia de tiempo, ausencia de movimiento… Ausencia de duda… Ausencia de pensamiento… Más, todavía…
Verdad indefinida. Verdad imperecedera, estática… Movimiento circular uniforme, continuo… Sin libertad… Ausencia de libertad por tiempo indefinido… Por tiempo indefinido…
El doctor Watt abandonó bruscamente la biblioteca tan pronto terminó de escribir las últimas líneas. Había desaparecido sin pronunciar palabra, y el lobo trató de retener unos instantes más la imagen del profesor porque comprendió que los diálogos terminaban allí, después de que la última de las palabras perdiera su significado al ser escrita. Miró durante unos segundos aquella estancia regia y espaciosa, preñada de libros y de sabiduría, y se sorprendió ante una leve sensación de melancolía. Poco después también salió.