Algún tiempo después, el «coronel» Jesuíno Mendonza fue llevado ante el tribunal, acusado de haber matado a tiros a la esposa, doña Sinházinha Guedes Mondoza, y al cirujano dentista Osmundo Pimentel, por celos. Veintiocho horas duraron los agitados debates, a veces sarcásticos, a veces violentos. Hubo réplica y contrarréplica, el doctor Mauricio Caires citó la Biblia, recordó las escandalosas medias negras, la moral y la corrupción. Estuvo patético. El doctor Ezequiel Prado, emocionante: Ilhéus ya no era tierra de bandidos, ni paraíso de asesinos. Con un gesto y un sollozo, señaló al padre y a la madre de Osmundo, de luto y en lágrimas. Su tema fue la civilización y el progreso. Por primera vez en la historia de Ilhéus, un «coronel» del cacao se vio condenado a prisión por haber asesinado a la esposa adúltera y a su amante.
Petrópolis-Río, mayo de 1958