CUARENTA Y DOS

Todo el día de hoy se puede resumir con un mensaje de texto que he recibido a las nueve y media de la mañana: «Llego mañana por la noche».

Directamente, he tenido que sentarme y asimilar esas cinco palabras.

No sé qué o cómo he pasado el resto del día. Estoy en estado de alarma.