A bordo del «Vengador», Querelle proseguía su servicio junto al oficial, pero este parecía desdeñar a Querelle, quien sufría por ello. Por haber sido pretexto para una agresión, el teniente obtenía el orgullo suficiente para sentir desarrollarse en su interior el germen de la aventura. Del cuaderno íntimo entresacamos lo siguiente:

No soy inferior a este joven y maravilloso golfo. He resistido. Me he dejado matar.