Si alguna vez tuviste bellos días, tardes apacibles, amables
conversaciones; si en un instante magnífico viste crecer la rosa
y colorearse el aire; si decir «buenos días» era algo
perfectamente natural; si…, para qué seguir cuando el corazón
de todo se ha secado. En tu diccionario personal no aparece
la palabra salvación. Y en cambio, fueron sustituidas las demás
por una sola: «condenado», infinitamente repetida.
1976