¿JUEGOS INOCENTES?

En la tarde deslumbradora los niños juegan con tierra. Sus

pequeñas cabezas, ágiles gusanos, devoran con fruición

nuestras cabezas.

En la tarde deslumbradora transportan la tierra de sus juegos.

Sobre nuestro corazón retumban diminutas paletadas.

En su mundo ruinoso emiten chillidos de gozo. Resuenan

siniestramente en nuestros oídos.

En la tarde deslumbradora dicen cosas incomprensibles,

que nos recuerdan nuestra confusión.

Buenos Aires, 1954