Para Fifi
Sólo muerto te confiaría
los dos o tres secretos
que todo hombre lleva en su pecho.
Mucho reirías
con tu risa metida entre los labios,
y yo reiría de mí sin miedo.
Muchacho, qué bobo has sido:
vivir tantos años
con dos o tres secretos.
Si te hubieras atrevido
no te quitaban el sueño y la alegría.
No los lleves a la tumba:
tanto respetar a los demás
o a ti mismo, no vale la pena.
Ahora que estás muerto
y también tus secretos,
si estuviera en mi poder
resucitarte, Virgilio,
cuáles son tus secretos, te preguntaría.
Y convertidos en polvo de chiste
podrías morir tranquilo.
1978