En materia de amor un imposible
me tocó en suerte… Y es como un dibujo
que al hacerlo se borra, y a su influjo
se vuelve a dibujar. Ya no es posible
parar la mano hasta encontrar la muerte,
uno dice que no y la mano sigue
borrando los dibujos de la suerte,
mientras que el corazón dice: ¡Prosigue!
Cuando el dibujo sale de tu mano,
con un gesto te invita a que lo cojas,
obedeces, se borra, tú te enojas:
¿cómo ese rostro puede ser tan inhumano?
Habrá que convenir que es loco empeño
esto de dibujar tu propio engaño:
de amor sólo tendrás los desengaños.
Vuelve a tu infierno. Apártate del sueño.