¿Será que van a matar?
¿Será que con el cuchillo más grande traspasarán el corazón?
¿Y con el bisturí más afilado vaciarán los ojos?
¿Y con el cortahierros más hierros romperán el cráneo?
¿Y con el martillo más martillo machacarán los huesos?
¿Será que en la mesa erótica
—mesa camal y mesa-amor—,
amor mío, tú y yo
en el ser sobrecogidos,
una noche tu corazón
habló cuando estabas bajo mi sangre?
¿Será lo mismo que fue cuando siendo,
cuando siendo un juramento, y más que eso,
tu palabra, tu palabra sangró,
empapada en el perfume tenue de los besos,
para no negar, para ser uno en lo indiviso?
¿Y se cree tan ciegamente,
tan ciegamente que todos los soles se apagan para siempre
mientras el alma navega por lo oscuro?
¿Será que nunca hubo alma a pesar de las músicas que olamos?
¿Alma que no fue aunque alma fueras tan sólo un instante?
¿Te acuerdas de ese instante en que alma siendo me adoraste,
y entonces tu propio monstruo sobrevino
para llevarte al donde siendo fuiste?
¿Será que después que no seas,
cuando no ser es sólo montón de besos disecados,
serás no siendo, pero siendo amor?
1967