YO ESTOY AQUÍ, AQUÍ…

Mordiendo, arañando,

gritando y aullando,

pateando, rugiendo,

buscando y encontrando.

Cavando en tu cara,

explorando en tu pelo,

ahondando en tus ojos

y hurgando en tus entrañas.

Para vivirte, para tenerte,

para hacerte, para matarte,

para borrarte, para pintarte,

para existirte y para llorarte.

Para escribirte como una letra

—la de tu nombre y la de tu alma—,

para tatuarte como una llaga

sobre mi piel que es tu sudario.

No estoy aquí para decirte

que estoy aquí para adorarte,

estoy aquí para decirte

que yo soy tu alucinado.

No estoy aquí para adorarte

—para adorarte no te amara—,

estoy aquí para nacerte,

para morirte y resucitarte.

Estoy aquí para hacerte

a mi imagen y semejanza,

de tal modo que ya no sepas

de cuál de los dos es la imagen.

Y si no puedo nacerte,

y si no puedo resucitarte,

haré entonces que tú me mueras

para después resucitarnos.

1967