EL SUCESO

No puedo dejar de ver

lo que están viendo mis ojos:

mi vecino se puso una venda,

le cogió miedo al suceso.

Fue en Monte y Pila una tarde,

en un barcito que tiene

la puerta como un suspiro

y el mostrador como un sueño.

Fue por huirle a un domingo

que se me enredaba al cuello

que entré de lado al barcito

a tomarme una cerveza.

Mi amigo estaba bailando

con una mulata entera.

Lo miré como se mira a los muertos,

y él me miró como yo era.

De pronto entró un tipo gordo

con un reflector de esos

que encandilan la mirada,

y dijo más o menos esto:

El mundo está descompuesto,

yo estoy herido por dentro,

si meten los ojos bien

verán que me estoy muriendo.

Esto dijo y se calló.

La luz se fue haciendo tierra,

tierra el bar, tierra mis ojos,

y el gordo rodó por tierra.

1962