Notas

[1] Magníficamente traducidos por Dámaso López García para Valdemar (Madrid, 1996). <<

[2] Los dos solían hablar alegremente de este su primer viaje a Londres. Garrick, con la evidente intención de embellecerlo un poco, decía un día: «Cabalgábamos y nos parábamos». Y el obispo de Killaloe, doctor Bamard, me dijo que, en otra ocasión, comiendo juntos Johnson y Garrick con muchos más, Johnson precisó humorísticamente la cronología de algo, diciendo: «Fue el año en que vine a Londres con dos peniques y medio en el bolsillo». Garrick, que lo había oído por casualidad, exclamó: «¿Eh?, ¿qué dice usted?; ¿con dos peniques y medio en el bolsillo?». «Pues claro —contestó Johnson—, cuando yo vine con dos peniques y medio en el bolsillo y tú, Davy, con tres peniques en el tuyo». <<

[3] Se refiere al espléndido soneto de Quevedo, que comienza: «Buscas en Roma a Roma, ¡oh, peregrino!, / ya Roma misma en Roma no la hallas; / cadáver son las que ostentó murallas, / y tumba de sí propio el Aventino», y termina con los versos citados en el texto inglés. (N. del T.). <<

[4] El hombre que siempre opone la réplica, «¿para qué?, o ¿para qué sirve eso?». (N. del T.). <<