Me tragué el bocado entero y me dirigí hacia el salón.
—¿Mamá? ¿Papá?
¿Habrían vuelto?
No. Me detuve en la puerta al ver a la Dama de la Esfera Mágica. Estaba en el centro de la habitación, con una satisfecha sonrisa. La luz que entraba por la ventana hacía relucir sus cabellos. Llevaba el chal rojo sobre los hombros y un largo vestido negro.
—¡Usted! —exclamé asombrada—. ¿Cómo ha entrado?
Ella se encogió de hombros y sonrió aún más.
—¿Por qué me ha hecho esto? —chillé, indignada a más no poder—. ¿Cómo ha podido hacerme esto?
—No he sido yo —contestó la mujer con toda tranquilidad.
Se acercó a la ventana. Al ardiente sol del mediodía su piel se veía pálida y arrugada. Parecía muy vieja.
—Pero… pero… —tartamudeé. Estaba tan furiosa que no podía ni hablar.
—Fuiste tú —dijo ella, poniéndose seria—. Tú formulaste el deseo y yo lo hice realidad.
—¡Yo no deseé que desapareciera mi familia! —grité, apretando los puños—. ¡Yo no deseé que desapareciera todo el mundo! ¡Ha sido usted! ¡Usted!
—Tú deseaste que Judith Bellwood desapareciera —dijo la Dama de la Esfera Mágica, y se acomodó el chal sobre los hombros—. Yo cumplí tu deseo lo mejor que pude.
—¡No. Usted me engañó! —le espeté.
Ella sonrió.
—La magia suele ser impredecible. Ya me imaginé que no estarías contenta con tu último deseo. Por eso he vuelto. Te queda un deseo. ¿Quieres formularlo ahora?
—¡Sí! Quiero que vuelva mi familia. Quiero que vuelva todo el mundo. Quiero…
—Ten cuidado —me advirtió mientras sacaba del bolso la bola mágica—. Piénsatelo bien antes de formularlo. Quiero corresponder a la amabilidad que tuviste conmigo y no me gustaría que fueras desgraciada por tu último deseo.
Fui a decir algo, pero me detuve. La Dama de la Esfera tenía razón. Debía tener cuidado. Esta vez debía formular bien mi deseo, con las palabras adecuadas.
—Tómate tu tiempo —me recomendó—. Puesto que es tu último deseo, no te podrás volver atrás. Piénsatelo.
Yo la miré a sus ojos negros, que se tornaron rojos por el resplandor de la bola mágica. Me concentré todo lo que pude.
¿Qué podía desear?