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EL LAGO LARGO

[Alargado, alagartado?]

And the Serpentine will look the same…, y Reis señaló con su paraguas hacia el puente. Sí, es posible que allá parezca el mismo de siempre, comentó Milalias. Una barca, marrón, hacia la zona de baños. Y a popa, de espaldas, el de la camiseta y el alborotado pelo albino, cinglando enérgicamente. [Un vieux cinglé? Viejo? Pelo blanco o albino?] Mascarón de popa, dijo Milalias. Brr, no sé cómo no tiene frío…, exclamó Babelle. Estos jóvenes de ahora…, y Reis fingió un suspiro. Y fue entonces, mientras aún bordeaban el lago por Hyde Park hacia Kensington Gardens, cuando Babelle se acordó de la noticia que traía el Evening Standard, abultando doblado en su talega. Sigues buscando nicho?, macabromeó Milalias, al ver las páginas de alquiler de habitaciones cubiertas de cruces. Y unas hojas antes, en un pequeño recuadro, la noticia. Identificada la muerta. Milalias la leyó en voz alta, con circunspección bebeceante, y se quedó en silencio fúnebre con el periódico y los brazos abiertos, como si fuera a echar un responso. Identificada. La ahogada que apareció flotando en The Serpentine el miércoles. Con el periódico abierto de par en par, doblada la cabeza. Él mira, vira en redondo. Española. Y qué nombre. Sola, sola in buio loco… Víctima de algún donjuán? Por eso se lanzó? En esta laguna tan tranquila. And the Serpentine will look… E. P.: Estige Pasada… 34 años. Aún no a la mitad del camino de la vida. Tomó un atajo? El lunes se abre una investigación, en el juzgado de Westminster.

En el lago me deshago, sin dejar vestigios, y seguía silencioso el alargarse de su sombra por el agua. Laguna o río serpentino? En alguna parte lo leí, que daba nueve vueltas al infierno. O eran siete? Cuentas de viejas, cuento de… Pero que descanses en paz, mujer, y hayas encontrado el agua del olvido. El gran bautismo. Y apresuró el paso, alejándose de los cipotes encadenados en fila por el agua de la orilla.

Un lago de larga tradición, según explicaba Reis, en la muerte por agua, mientras seguían de largo por The Long Water, hacia las Fuentes… Al Lancelote le gustaba ese nombre, The Long Water, que recibe el lago Serpentino al otro lado del puente, al oeste, en Kensington Gardens.

Ahí, en esa agua larga, y no muy límpida, en la que sólo flotan patos, se ahogó en diciembre de 1816 la primera mujer de Shelley, Harriet, née Westbrook [qué hay en un nombre…], agua al agua, cenizas a los cisnes, suicidio por agua y quizá por amor o desamor. A Reis se le ahogaba algo la voz, fatiga de asmático? O la pendiente?, al contar las cuitas de la joven Harriet. También su marido, ido en otro mar… Años más tarde. [En el naufragio del «Don Juan». Buen nombre para una embarcación de placer…] Shelley back! Pobre Harriet… Su marido quiso enseñarle latín, ateísmo y el ménage à trois. Oh Percy!

Y Peter Pan soplaba la flauta, allí detrás, en su nudoso pedestal, para que su homófono empezara sus pantominas. Aguas a las guasas estigias. Nuestras vidas son las aguas que van a dar a ese Mare Nostrum que es el morir. El Mar Muerto? El Lago Largo? Nuestras vidas se escriben y se borran en agua. [Agua de borrajas…]

Y Reis con sus melanas de vate al viento, apoyándose en el paraguas, seguía contándole a Babelle románticos suicidios por agua, mientras sorteaban surtidores. A la caída de la tarde. Asomados luego, los tres, a la pequeña cascada.

Y el Lancelote lanzado en pleno lance: En este valle, lágrima a lágrima, se fue llenando el lago de los suicidas. Lac de lácrima. Lago de lágrimas [de cocodrilo, en el lago alagartado?], para que en él ahoguen sus penas los muertos de hambre y sed de amor.

—Qué bonito —dijo ella.

[Otro halago! O no lo decía por lo que acababa de oír?]

Y se quedó mirando, acodada entre Reis y un jarrón de piedra, el sauce llorón que brillaba, bajo los últimos rayos, amarillorando allí en la orilla.

[Que conste que yo no me quedé mirando ningún sauce llorón, añade ella, al acabar de mecanografiar esta nota lacrimosa. Y el Lancelote del hago y deshago, a lápiz, debajo:]

Otro al lago! Largo!

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