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Dado que la mujer no le había dado su número de teléfono, Sean lo buscó en el listín y en Internet, pero no lo encontró. Finalmente decidió regresar a Williamsburg esa misma noche para ir al bar en el que la había visto la noche anterior. Michelle quería seguirla de cerca, pero Sean se opuso. Estaban en su habitación en la casa de Alice.

—No creo que Valerie valorase tu presencia tanto como yo.

—Sean, piénsalo bien, un tipo como Ian Whitfield no dejaría que su mujer lo engañase. Seguramente la siguen a todas horas.

—Bueno, entonces ya me habrán visto con ella. Si vuelven a verme con ella tal vez se pongan nerviosos y cometan un error que los delate.

—Es una probabilidad bastante remota, ¿no crees?

—No tenemos otra alternativa —afirmó Sean—. Los cadáveres están achicharrados; Ventris nos viene con evasivas; en Babbage Town nadie sabe nada, y la única persona que podría ayudarnos, Viggie, se expresa de un modo que no entendemos.

—Creía que Horatio iría a verla —opinó Michelle.

—Ya lo ha hecho. —Sean le resumió rápidamente el resultado de la sesión entre Horatio y Viggie.

—Entonces, al parecer, Monk le contó algo a su hija, pero es un código.

—Si es que Viggie dice la verdad. Códigos y sangre. ¿Qué querrá decir con eso?

Michelle se encogió de hombros.

—Ni idea, Sean.

—Apenas hay pistas en este caso y todas acaban desapareciendo sin que surjan otras pistas nuevas.

—Por cierto, ¿se sabe algo del pitbull con falda?

Sean sacó un trozo de papel del bolsillo.

—Monk viajó a Inglaterra. Joan logró dar con su itinerario. Fue a varios lugares: Londres, Cambridge, Manchester y un sitio llamado Wilmslow, en Cheshire. Y otro lugar que hace que los otros lugares cobren sentido.

—¿Qué otro lugar? —le preguntó Michelle.

—Bletchley Park —respondió Sean—. Es donde su pariente Alan Turing trabajó durante la Segunda Guerra Mundial y, según Champ Pollion, salvó el mundo.

—¿Qué relación guarda con los otros lugares?

—Salvo tres años en Princeton, son los ejes vitales de Alan Turing. Nació en Paddington, Londres, fue a la Universidad de Cambridge, se doctoró en Princeton, en Estados Unidos, luego vivió en Bletchley Park, tras la guerra estuvo en la Universidad de Manchester y se suicidó en Wilmslow en 1954.

—Así que el tipo era pariente de Monk y él decidió hacer un recorrido histórico —dijo Michelle—. O tal vez eso no sea todo.

—Seguramente.

—¿Qué quieres que haga mientras coqueteas con una mujer casada, Sean?

—Esta noche te toca Viggie, pero antes Horatio quiere hablar contigo. Si tienes tiempo, no estaría mal que buscases una habitación secreta en la mansión.

—¿Y si no quiero hablar con Horatio?

—No te obligo a nada, pero quiere ayudarte de veras, Michelle.

—¿Te refieres a que hablará con mi familia a escondidas y fisgoneará en mi pasado?

—Aquí tienes la dirección del lugar en el que se aloja —dijo Sean.

—¿Qué harás mientras tanto? —preguntó ella.

—Me prepararé para la gran cita.

Michelle frunció el ceño.

—A veces consigues que me cabree.

—Ah, ¿sí? Pues a mí nunca me ha pasado.