La base de datos de huellas de pisadas consistía en una colección de tres carpetas de anillas. Darby se pasó el resto de la mañana examinando muestras de botas masculinas recopiladas en casos de Boston. La impresión que había encontrado Mary Beth no coincidía con la de ningún caso local.
Durante la hora de comer Darby se conectó a internet y navegó por dos páginas de foros técnicos dedicados en exclusiva a temas de huellas. Mientras buscaba, se topó con el nombre de un antiguo agente del FBI cuya especialidad consistía en identificar huellas de calzado. El tribunal había requerido sus servicios como experto en varios casos criminales relevantes.
Como el hambre empezaba a darle dolor de cabeza —ese día se había saltado el desayuno—, Darby corrió hacia la cafetería de la que volvió con una ensalada de atún y una Coca-Cola. Pasó por el despacho de Leland para ponerlo al día. No estaba allí. La luz del contestador de su teléfono parpadeaba. Era un mensaje de su madre. Sheila había visto las noticias y quería saber si todo estaba bien.
Sturgis Pappy Papagotis asomó la cabeza por la puerta del despacho.
—¿Tienes un momento? —preguntó.
—Claro, pasa.
Pappy se sentó en la silla de Coop. Cargaba con la maldición de ser el hombre con aspecto más juvenil del mundo. Medía poco más de metro y medio y su cara infantil hacía que los porteros de discoteca miraran dos veces su documentación.
—Pasé las astillas blancas por el FTIR, el espectrofotómetro de infrarrojos —dijo él—. Aluminio y melamina alquídica.
—Pintura de automóvil —concluyó Darby—. ¿Qué hay del estireno?
—No, esto fue un trabajo de fábrica. No se realizó en una cadena de mecánica. ¿Estás muy familiarizada con la pintura de automóviles?
—La melamina es una resina que se añade a la pintura para aumentar su durabilidad.
—Correcto. La melamina acrílica y la de poliéster son los principales polímeros de la pintura. La melamina alquídica es uno de los esmaltes más importantes que empezaron a usarse en los años sesenta. La mayoría de los fabricantes actuales tienden a usar un sistema de poliuretano. Por un lado destaca su eficacia en retener el brillo, pero la principal razón es su coste. El poliuretano es una capa de secado rápido mientras que la melamina necesita un proceso de secado. La muestra que encontrasteis pertenece a la pintura original.
—¿Qué me dices del color?
—Ahí sí que he dado con un callejón sin salida —dijo Pappy—. La pasé por el FTIR pero no obtuve ningún resultado.
—Pero eso no significa nada.
—Sí, ya sé lo que vas a decirme: el FTIR es tan bueno como nuestros archivos informáticos de datos, y mi fracaso a la hora de identificar la muestra sólo significa que no hemos podido establecer una conexión de la muestra de pintura con un caso local. De manera que lo intenté también en el Paint Database Query, el sistema que utilizan nuestros colegas canadienses. Nada. Enviaré una muestra a los federales. En su base de datos se recogen las muestras más desconocidas y difíciles de encontrar.
—¿Has recurrido a los federales con anterioridad?
—Nunca me he visto en la necesidad, ya que el PDQ suele bastar. Si nos atascamos allí siempre podemos probar con el Farfegnugen de los alemanes. Se supone que contiene la mayor base de datos del mundo.
—¿Tienes algún contacto en el laboratorio federal?
—Hice un curso de pintura impartido por el director del Laboratorio de Análisis Elemental, un tipo llamado Bob Gray. Podría llamarlo.
—Dile que tenemos un caso de secuestro y que necesitamos que se ocupe de ello cuanto antes.
—Puedo preguntar. —Pappy sonreía.
—Ya lo sé; no hace falta que contenga la respiración hasta que me llames —dijo Darby.
Leland seguía sin estar en su despacho, así que Darby se dirigió al primer piso.
El Departamento de Personas Desaparecidas estaba al final de un largo pasillo. Detrás del mostrador había una mujer delgada, vestida con un traje gris oscuro. El nombre que aparecía en la tarjeta de identificación era Mabel Wantuck. Mabel no sonreía en la foto, y tampoco sonreía ahora.
—Buenos días —dijo Darby—. Me preguntaba si podrías ayudarme.
La expresión del rostro de Mabel Wantuck no dejaba lugar a dudas: «No apuestes por ello».
—He encontrado algunas pruebas que podrían estar relacionadas con un caso de personas desaparecidas —dijo Darby.
—Sabes perfectamente que no puedo mostrarte…
—El archivo del caso, sí, ya lo sé, sólo los inspectores tienen acceso. Lo único que necesito saber es si una persona figura como desaparecida.
Mabel Wantuck se sentó tras una mesa llena de papeles en la que había dos fotos enmarcadas de sendos perros labradores de color canela. Sacó el teclado.
—¿Cuál es su nombre?
—No estoy segura de cómo se escribe, así que tal vez tengamos que probar con varias posibilidades. ¿Cuáles son los parámetros de búsqueda?
—El apellido primero.
—Es Mastrangelo —dijo Darby—. Te lo deletreo…