Serénate —no estés incómoda conmigo—, yo soy Walt Whitman, generoso y lleno de vida como la Naturaleza,
Mientras el sol no te rechace, no te rechazaré,
Mientras las aguas no se nieguen a brillar para ti y las hojas a
susurrar para ti, mis palabras no dejarán de brillar y de susurrar para ti.
Mi niña yo te cito y te pido que te prepares para ser digna de encontrarte conmigo,
Y te pido que seas paciente y perfecta hasta que yo venga.
Hasta entonces te saludo con una mirada expresiva para que no me olvides.