Los territorios septentrionales están en ruinas. Ostland ha sido invadido y caerá de un momento a otro. Sus tierras están ocupadas por fuerzas enemigas que han tomado el control de la orilla norte del río Talabec. Intentan adentrarse en Talabeclanch aunque allí nuestras defensas resisten, de momento.
He tenido pocas noticias del Elector Hertwig de Ostermark, asediado como está en Bechafen. Si cae Ostermark, el Imperio quedará abierto de par en par, y vulnerable; el enemigo podrá atacar por retaguardia a los ejércitos que defienden Talabec, y vencerlos, porque no podrán resistir contra dos frentes.
Una vez que hayan caído, el enemigo marchará hasta el corazón mismo del Imperio, y podrá atacar la propia Altdorf Temo el día en que me traigan una noticia semejante. Ruego a Sigmar que Ostermark resista.
La plaga ha abierto grandes surcos en el Imperio, pequeñas ciudades y pueblos han caído bajo sus efectos. Esos lugares están infestados por seres degenerados sedientos de sangre; el enemigo está volviendo a nuestras propias gentes las unas contra las otras mediante su brujería. Ahora es seguro que esta enfermedad ha sido propagada por agentes del Caos. La Orden del Grifo está vigilante y persigue a los perpetradores, pero el daño ya está hecho.
Ha llegado noticia del Alto Rey de los enanos para decirnos que el Pico Eterno está asediado, un desastroso giro de los acontecimientos porque no podemos esperar ninguna ayuda contra los saqueadores del norte por parte de nuestros aliados montañeses, mientras su propio reino esté cercado.
Una sensación de pavor se ha apoderado del pueblo y de nuestros ejércitos y muchos de los electores han sucumbido a la desesperanza. No puede permitirse que esto continúe, porque lo único que tiene el Imperio es la resolución de su pueblo.
Esta es una época oscura sin lugar a dudas En mis oraciones pido que se me otorgue la fuerza necesaria para mantener el control.
K. F.