«El espíritu del ser humano tiene dos moradas, este mundo
y el del más allá. También existe una tercera: la región de
los que duermen y de los que sueñan. Al descansar en esta,
que es la frontera entre las otras dos, el espíritu del hombre
puede contemplar su ser aquí y en el otro mundo lejano
y, deambulando por allí, observar detrás de los dolores
y las penas y ver las alegrías del más allá.
Hasta encontrar su esencia».

Upanishad