ESCENA DEL TENIENTE CORONEL
DE LA GUARDIA CIVIL
CUARTO DE BANDERAS
TENIENTE CORONEL. —Yo soy el teniente coronel de la Guardia civil.
SARGENTO. —Sí.
TENIENTE CORONEL. —Y no hay quien me desmienta.
SARGENTO. —No.
TENIENTE CORONEL. —Tengo tres estrellas y veinte cruces.
SARGENTO. —Sí.
TENIENTE CORONEL. —Me ha saludado el cardenal arzobispo con sus
veinticuatro borlas moradas.
SARGENTO. —Sí.
TENIENTE CORONEL. —Yo soy el teniente. Yo soy el teniente. Yo soy el
teniente coronel de la Guardia civil.
(Romeo y Julieta, celeste, blanco y oro, se abrazan sobre el jardín de
tabaco de la caja de puros. El militar acaricia el cañón de un fusil lleno
de sombra submarina. Una voz fuera).
Luna, luna, luna, luna,
del tiempo de la aceituna.
Cazorla enseña su torre
y Benamejí la oculta.
Luna, luna, luna, luna,
un gallo canta en la luna.
Señor alcalde, sus niñas
están mirando a la luna.
TENIENTE CORONEL. —¿Qué pasa?
SARGENTO. —¡Un gitano!
(La mirada de mulo joven del gitanillo ensombrece y agiganta los
ojirris del TENIENTE CORONEL de la Guardia civil.)
TENIENTE CORONEL. —Yo soy el teniente coronel de la Guardia civil.
SARGENTO. —Sí.
TENIENTE CORONEL. —¿Tú quién eres?
GITANO. —Un gitano.
TENIENTE CORONEL. —¿Y qué es un gitano?
GITANO. —Cualquier cosa.
TENIENTE CORONEL. —¿Cómo te llamas?
GITANO. —Eso.
TENIENTE CORONEL. —¿Qué dices?
GITANO. —Gitano.
SARGENTO. —Me lo encontré y lo he traído.
TENIENTE CORONEL. —¿Dónde estabas?
GITANO. —En la puente de los ríos
TENIENTE CORONEL. —Pero ¿de qué ríos?
GITANO. —De todos los ríos.
TENIENTE CORONEL. —¿Y qué hacías allí?
GITANO. —Una torre de canela.
TENIENTE CORONEL. —¡Sargento!
SARGENTO. —A la orden, mi teniente coronel de la Guardia civil.
GITANO. —He inventado unas alas para volar, y vuelo. Azufre y rosa en
mis labios.
TENIENTE CORONEL. —¡Ay!
GITANO. —Aunque no necesito alas, porque vuelo sin ellas. Nubes y
anillos en mi sangre.
TENIENTE CORONEL. —¡Ayy!
GITANO. —En enero tengo azahar.
TENIENTE CORONEL. —(Retorciéndose.) ¡Ayyyyy!
GITANO. —Y naranjas en la nieve.
TENIENTE CORONEL. —¡Ayyyyy, pum, pim, pam! (Cae muerto.)
(El alma de tabaco y café con leche del TENIENTE CORONEL de la
Guardia civil sale por la ventana.)
SARGENTO. —¡Socorro!
(En el patio del cuartel, cuatro guardias civiles apalean al gitanillo.)
CANCIÓN DEL
GITANO APALEADO
Veinticuatro bofetadas.
Veinticinco bofetadas;
después, mi madre, a la noche
me pondrá en papel de plata.
Guardia civil caminera,
dadme unos sorbitos de agua.
Agua con peces y barcos.
Agua, agua, agua, agua.
¡Ay, mandor de los civiles
que estás arriba en tu sala!
¡No habrá pañuelos de seda
para limpiarme la cara!